LA MOVILIDAD URBANA EN BCN

Desdoblemos los carriles bici

El auge de las bicicletas y de otros vehículos portátiles no contaminantes nos conduce a tener que reducir el espacio para los coches en la ciudad de Barcelona

Parada de Bicing en la plaza de Catalunya.

Parada de Bicing en la plaza de Catalunya.

XAVIER BRU DE SALA

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Anuncia el Ayuntamiento de Barcelona para el año próximo un plan de incremento de carriles bici. Si se cumple, habremos pasado en tres años de 100 kilómetros a más 300. Muy bien. Buenos también los planes de conexión metropolitana de carriles.

Las bicicletas proliferan según la facilidad de uso. Como sabe todo el mundo, no contaminan y mejoran la salud. Deberían ser consideradas el vehículo prioritario. Con la aparición de las eléctricas plegables asequibles, desaparece el principal problema después de la escasez de carriles, que son las subidas. Si en las ciudades planas del norte de Europa se han impuesto, en Barcelona el desnivel era un impedimento, que ahora queda superado por completo con la incorporación de un kit de batería o el cambio de una bici convencional por otra eléctrica.

SATURACIÓN DE LOS CARRILES

El problema, en el futuro inmediato, será otro. Además de bicicletas, los carriles son usados por patinetes, muchos de ellos eléctricos. La oferta de vehículos eléctricos portátiles, monociclos y todo tipo de pequeños artefactos que facilitan el transporte individual por las tramas urbanas va 'in crescendo'. Son utilísimos y a precios que se amortizan con el ahorro en transporte público. Consecuencia, muy visible hoy y más que lo será, la saturación de los carriles, que se vuelven peligrosos porque la mayoría son demasiado estrechos para permitir que unos usuarios adelanten a otros con seguridad.

Solución: quitar carriles a los coches y desdoblar los carriles bici. Si no todos, la inmensa mayoría. De paso aumentaría de manera automática la disciplina viaria. Casi toda la trama del Eixample ha pasado de cuatro carriles para los automóviles privados a dos, pero en la práctica, por falta de urbanidad, los dos se convierten en uno. Pues dejémoslo en uno para los coches, uno para el transporte público, uno para aparcar y el cuarto, de igual anchura y doble sentido, para bicis y vehículos portátiles no contaminantes. De este modo sí que los estimularíamos. Y al revés, si no lo hacemos, si no desdoblamos, estaremos perjudicando el progreso general y la salud individual de los ciudadanos.