DEBATES POLÍTICOS EN TWITTER

El pasado fascista de Esquerra Republicana

Lluís Companys, en 1937

Lluís Companys, en 1937 / PÉREZ DE ROZAS / AFB

ANDREU PUJOL

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Twitter se está convirtiendo en un espacio donde surgen debates políticos de fondo que difícilmente serían planteados en público desde un atril o una rueda de prensa. Twitter es el lugar de las trincheras, de la guerra sucia que se hace bajo mano, o bien el Guernica donde probar las bombas que quizás se utilizarán en mayor escala más adelante. Por eso algunas de las cosas que pasan en las redes sociales hoy en día podemos prever que mañana salten a la palestra de verdad, defendidas abiertamente por los líderes políticos. Por lo menos, ya ejercen su función propagandística para establecer sobreentendidos y marcos mentales que sirvan de punto de partida.

Desde hace unos meses parece que hay una directriz que se impone entre los perfiles afines al entorno de Podemos-ICV-Comunes o como se le quiera llamar, que pasa por intentar relativizar, negar o directamente tergiversar la participación de ERC en la lucha antifascista en Catalunya. De este modo, la senadora Sara Vilà (En Comú Podem) escribió un tuit diferenciando entre las "organizaciones que lucharon contra el franquismo" y "CiU y ERC", como si se pudiera establecer una distinción, un corte, entre una cosa y la otra. Como si ERC no hubiera sido el partido, con mucha diferencia, con más represaliados por el franquismo. Como si Carrasco Formiguera no hubiera sido fusilado en Burgos, como si Pujol no hubiera sido torturado y encarcelado.

En otros casos se ha tensado tanto la cuerda de la manipulación que, directamente, se ha tildado a ERC de partido fascista. Así, la escritora y periodista Nuria Alabao, cercana a los sectores mencionados antes, tuiteó en su día, a raíz de la participación de Oriol Junqueras en un homenaje a Miquel Badia, asesinado por pistoleros de la FAI: "Parece que ERC no solo no se avergüenza de su pasado fascista, sino que lo reivindica". Este tipo de afirmaciones se hacen forzando la maquinaria de la interpretación histórica, mezclando argumentaciones de los detractores contemporáneos de Badia, que estaba al cargo del orden público de la Generalitat republicana en un momento de alta conflictividad social, con el relato posterior de una parte del españolismo que ha buscado tics fascistas en el ojo ajeno para olvidar el Franco en el ojo propio. Ahora bien, un experto en la materia como Stanley G. Payne, una de las máximas autoridades académicas sobre el fascismo, descartó que se pudiera calificar a Estat Català (una de las formaciones dentro de ERC de la cual formaba parte Miquel Badia), como fascista, "a pesar de los excesos de radicales nacionalistas" entre sus filas.

Recientemente, y para terminar, ha estallado otra polémica tuitera a raíz de un tuit desde la cuenta oficial de ERC. Ciertamente, el tuit era impreciso e incorrecto: "Lluís Companys es el único presidente en Europa, democráticamente elegido, que ha sido asesinado. El sábado ven a conmemorar los hechos". Hay que recordar, sin embargo, que esta red social solo permite utilizar 140 caracteres y que lo óptimo sería haber podido especificar que había sido asesinado por el fascismo. Desde perfiles cercanos a los comunes se orquestró en seguida una campaña de ridiculización, haciendo ver que no habían entendido el sentido de la tuit, y comparando la muerte de Companys con la de Aldo Moro, Olof Palme o Joan Prim y relativizando por tanto, la gravedad de la tiranía fascista sobre la Europa de los años 40.

Es más que evidente que tras esta campaña por fascículos existe la voluntad perniciosa de borrar la realidad incómoda de la historia porque dificulta su argumentación política actual. El entorno Podemos-ICV-Comunes necesita mostrarse como la única opción de izquierdas en este país y, por tanto, necesita apropiarse de una épica, la de la lucha antifascista, que no le pertenece en exclusiva, ni mucho menos. Este entorno necesita esparcir una niebla espesa entre la actual independentismo catalán de izquierdas y su pasado para intentar ocultar que su espíritu transformador tiene unas raíces muy profundas en la historia. ERC no silo dio un presidente en Catalunya que fue perseguido y fusilado por el fascismo, sino que sufrió la represión en cientos de alcaldes, concejales y militantes encarcelados, fusilados o, simplemente, enterrados en vida al ser etiquetados como desafectos al régimen y eso no hay ninguna barrila de Twitter que lo pueda deshacer.

Pero lo que necesita, sobre todo, el mundo "comú" es presentar la represión organizada contra las instituciones catalanas y la identidad del país como la acción de un tarado como el que mató Olof Palme para no poner en duda la posibilidad de llegar a un acuerdo "fraternal" con un Estado que, no solo no ha condenado el franquismo, sino que ha edificado sus instituciones actuales sobre su legado. Unas instituciones que fueron apuntaladas por la tradición política de la que ellos provienen, con un Carrillo participante de la oficialidad mientras ERC aún era ilegal y con un Partido Comunista redactando de manera entusiasta la Constitución Española, mientras ERC pedía el voto negativo. Y con este último argumento me parece que ya se entiende un poco más tanto griterío y tanta humareda.