Polémica urbanística en el Poblenou

Supermanzanas y supercambios

El ayuntamiento cometió un gran error al no abrir un proceso participativo previo a la prueba piloto

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SALVADOR CLARÓS

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La superilla de Poblenou no deja indiferente a nadie porque constituye un supercambio que crea un nuevo orden en la ciudad. ¿Es posible una ciudad con cada vez menos coches? Hay quien no se lo imagina y quien lo sueña desde hace tiempo. Donde ha generado sin embargo más controversia es entre residentes, trabajadores y empresas de la zona que se han lanzado a un debate apasionado con el ayuntamiento en defensa de lo que cada uno cree que le corresponde.

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Vecinos de las calles del contorno de la 'supermanzana' querrían menos tránsito, como los de dentro. Los vendedores de coches creen que venderán menos en una zona casi peatonal. Mientras algunos no quieren autobuses por su calle, otros se quejan de que ahora la parada les queda más lejos. Lo que inquieta no es solo qué gano o qué pierdo con estos cambios sino sobre todo que la supermanzana, como decía Bob Dylan ya hace tiempo, es un signo de que los tiempos están cambiado.

La asociación de vecinos de Poblenou se ha pronunciado remarcando principalmente la bondad de las 'supermanzanas' como una estrategia para repensar el espacio urbano mitigando el impacto del tráfico en el conjunto de la ciudad. El ayuntamiento, sin embargo, ha cometido un gran error al no haber hecho un proceso participativo previo a la implantación de las medidas, lo que habría ayudado a una mayor comprensión y facilitar consensos.

Los vecinos tienen razón en exigir la alternativa de un transporte público eficiente y de calidad. Y esta es la cuestión clave: el diseño de la malla vial todavía provisional en Poblenou debido a la transformación de la calle Pere IV en un eje cívico. Y la implantación definitiva de las líneas de la nueva red de bus, aún pendientes. Los vecinos quieren debatir con el gobierno municipal la mejora de cobertura del transporte público en toda la zona. Y también quieren participar en el reparto del aparcamiento que no complique la vida a los que necesitan hacer carga y descarga o aparcar temporalmente, o como residentes.

Pasado un mes de pruebas en la 'superilla', habría que pasar a la acción. La asociación de vecinos propone al ayuntamiento la creación de una mesa de movilidad y supermanzanas donde debatir y consensuar de forma ordenada -con la participación de la plataforma de afectados por la supermanzana, comerciantes y empresas, asociaciones de vecinos y las corporaciones municipales implicadas- las mejoras que permitan continuar pacificando el tráfico y mejorando la calidad de nuestra ciudad.A estas quejas -insisto en el fallo de no haber consultado previamente- también se suma el miedo lógico ante un cambio de reglas del juego en el espacio urbano. Ya ha pasado antes, por ejemplo cuando se peatonalizó la Rambla del Poblenou, con el temor de que sería el fin del comercio, y en cambio el tiempo ha demostrado lo contrario. Y también inquieta a algunos el uso futuro del espacio arrebatado a los coches, por si seremos los ciudadanos capaces de colonizar con nuevas actividades y usos.