David se va a la escuela

Xavier Ginesta

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David Fernàndez (CUP) y los Mossos se verán las caras el próximo 30 de septiembre. De hecho, será el exdiputado cupaire que, en su calidad de periodista y activista social, participará de una mesa redonda en la Escola de Policia de Catalunya: "La mediación en la Policía de Cataluña, vivencias en contraste". Fernàndez compartirá mesa con Carles Hernández, inspector de la brigada móvil (BRIMO) y Xavier Pastor, inspector del área de mediación. Sin embargo, parece que la presencia de un crítico como Fernández no ha gustado a algunos sindicatos de policía, como la Unió Sindical de la Policia Autonòmica de Catalunya (USPAC), que ya han puesto el grito en el cielo.

¿Cómo un hombre que "apoya a los anarquistas que actúan violentamente" puede participar de una mesa en la Escola de Policia?, se preguntan. Lo atribuyen a un Govern "secuestrado por la CUP", claro. Desgraciadamente por estos críticos, que David Fernández intercambiar sus opiniones con gente de la BRIMO ante los futuros agentes debería leerse como una señal de higiene democrática. La Policia de Catalunya, igualmente como otros cuerpos de seguridad, ha tenido momentos de baja popularidad por sus intervenciones violentas o las explicaciones sesgadas de sus responsables políticos. Sin ir más lejos, el caso de Ester Quintana, el documental Ciutat morta o los desalojos de Can Vies y el Banc Expropiat han puesto la acción de los Mossos o la Guardia Urbana en el ojo del huracán: la tormenta siempre finaliza con una declaración evasiva de sus responsables políticos, pero en ningún caso se pueden olvidar momentos de tensión que derivan en enfrentamientos violentos que deslegitiman la acción policial.

¿Recuerdan aquella imagen de la fotógrafa Anna Punsí de un David Fernàndez, entonces diputado de la CUP en el Parlamento vestido con cazadora negra y manos en los bolsillos, hablando con los antidisturbios durante el desalojo de Can Vies? Fernàdez es icono por un buen colectivo de jóvenes que ven en su manera de hacer una transgresión constante contra el establishment. Jóvenes que, afortunadamente, no todos son "anarquistas violentos" –como los calificaba Josep Miquel Milagros, del USPAC–, sino pseudorevolucionarios utópicos cargados de esperanza para hacer un mundo nuevo. Jóvenes, algunos, que tienen en su mesilla de noche libros de Jean-Paul Sartre o Eduardo Galeano.

Desgraciadamente, los encapuchados que queman los contenedores han acabado estigmatizando los movimientos alternativos, igualmente como algunos agentes robotizados de la BRIMO han demonizado todo su cuerpo. La presencia de Fernàndez en la Escuela es un paso necesario para que, en este momento que Catalunya debe pensar seriamente qué quiere ser de mayor, haya un acercamiento entre colectivos socialmente enfrentados. La escuela (sea de policía, de enseñanza básica o la misma Universidad) es un espacio de libre-pensamiento y reflexión. Es el entorno donde se ha de mirar la realidad escrutando su gama de grises, buscando entender los entornos complejos a partir de la reflexión crítica sobre los acontecimientos. Un espacio de contrastes. A pesar de ser crítico con el cuerpo, haber obviado el que puede aportar un perfil como el de David Fernàndez en esta mesa redonda habría sido un error de planteamiento. Si la planificación de la docencia, Sr. Milagros, se hiciera sobre una base ideológica y no crítica retrocederíamos demasiado en el tiempo. Quizás, entonces sí, cuando la televisión todavía era en blanco y negro. ¡No lo quiero ni pensar!