Al contrataque

¿Cuanto peor, mejor?

Tengo la sensación de que ni unos ni otros tienen ganas de dar una imagen de esa cordialidad que creo más necesaria que nunca

Carles Puigdemont, en el acto de toma de posesión en el Palau de la Generalitat.

Carles Puigdemont, en el acto de toma de posesión en el Palau de la Generalitat. / periodico

Jordi Évole

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La primera pregunta que te hacen estos días si llegas a Madrid y eres catalán es: «Oye, ¿y que tal este Puigdemont?», por cierto, pronunciado mucho mejor de lo que algunos imaginaron, porque en Catalunya gusta pensar que de entrada allí lo harán mal, expresando más el deseo que la realidad. Claro que motivos tienen después de comprobar todas las variantes fonéticas con las que se pronunció el nombre del futbolista Cesc, por ejemplo.

Yo les respondo que, aunque no se lo crean, en Catalunya no nos conocemos todos, y que no he tenido la oportunidad de cruzar en persona ni una palabra con Puigdemont. Solo un par de mensajes de cortesía aprovechando que es el primer 'president' que me sigue en Twitter (y a 3.000 más, no se crean).

Madrid era esta semana como esas partidas simultáneas de ajedrez. Múltiples mesas con un tablero delante, planeando la estrategia: unos buscando el jaque de un presidente sin aliados, otros buscando el mate de un secretario general que ante cualquier decisión que toma tiene que dar explicaciones a sus alfiles territoriales. Y casi todos buscando el enroque con Catalunya, como demuestra el alud de llamadas que recibió Puigdemont antes del viernes: la friolera de cero. Luego el viernes la cosa ya cambió. Nunca es tarde… Pero, ¿y los que de momento tienen el poder? ¿Qué hacen? Primer mensaje de RajoyRajoy: «No les voy a dejar pasar ni una». Respuesta de Puigdemont: «Es un presidente en funciones y hace declaraciones en funciones». Todo ello, porque el 'president' no juró el cargo como dice la norma, porque para chulo mi pirulo, y si hubiese podido jurar por Snoopy lo habría hecho antes que por la Constitución. ¿Para qué bajar la tensión si no nos conviene a ninguno de los dos?

UN GESTO IMPROPIO

¿Y la Casa Real? Pues en un gesto impropio de un rey que no nos tiene acostumbrados a los errores no forzados, decide no recibir a la presidenta del Parlament. Ya sé que tampoco ha recibido a otros presidentes de parlamentos autonómicos, pero ¿tanto costaba hacerlo en un momento en el que cualquier tronquito es gasolina para el fuego? Pero tranquilos, que la respuesta no se ha hecho esperar. ERC decide no participar en la ronda de consultas con el ReyERC. Y suma y sigue. Que cuanto peor, mejor. ¿Seguro? Qué quieren que les diga. Prefería los tiempos en los que Pilar Rahola, líder de ERC en Madrid, iba a consultas con el rey Juan Carlos, aunque solo fuera para enterarnos años más tarde que el Rey «tocó su teta republicana» como ella relató a Xavier Sardà.

Tengo la sensación de que ni unos ni otros tienen ganas de dar una imagen de esa cordialidad que creo más necesaria que nunca. ¿Se acuerdan cuando en el estreno de los JJOO, tras intensas negociaciones, se logró que sonase 'Els Segadors' y luego el himno de España? ¿Se acuerdan? Yo tampoco.