tú y yo somos tres

Mientras me quede voz

FERRAN MONEGAL

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Se producen a veces en la tele, muy raramente, sacudidas que nos afectan de manera muy intensa. Hacía tiempo que no experimentábamos en casa una emoción como la que sentimos viendo y escuchando a la maestra Hilda Farfante, de 84 años de edad, en El intermedio (La Sexta). El reportero Gonzo habló con ella a raíz de las descerebradas declaraciones de un senador del PP, José Joaquín Peñarrubia, advirtiendo a la ciudadanía que eso de la memoria histórica es un tema «cansino» y que «ya no quedan en España más fosas que descubrir». O sea, carpetazo sobre los muertos que siguen amontonados sin nombre en negros agujeros y, sobre todo, mazazo a los familiares que no pueden enterrar a sus padres, hermanos, abuelos... asesinados a punta de fusil o de pistola. Hilda Farfante, una niña de 5 años de edad en 1936, vio cómo se llevaron a su madre, maestra de la escuela de Cangas del Narcea. Vio cómo se llevaron a su padre, también maestro. Y ya no volvieron. Fueron fusilados por un escuadrón falangista. Su madre fue enterrada en una cuneta. Su padre, arrojado por un barranco. Nunca ha podido recuperar ni un solo hueso. Hilda le dijo a Gonzo, con un profundo dolor: «Nunca he sabido si los fusilaron por ser republicanos o por ser maestros». Y añadió : «Las palabras de ese senador del PP a mí me ofenden». Tiene razón. Hoy se sabe que la represión franquista produjo 114.000 desaparecidos, que quedan 2.400 fosas sin exhumar, y que hay 1.300 solicitudes de familiares de víctimas, pendientes de atender. Hoy España es el segundo país con más desaparecidos, detrás de Camboya. O sea, que la advertencia del senador del PP -aplaudida por varios de su partido- es tan falsa como infame y perversa.

Al terminar su conversación con Gonzo, Hilda concluyó con estos versos de la escritora y poetisa Marisa Peña: «Mientras me quede voz, hablaré de mis muertos, tan quietos, tan callados, tan molestos / Mientras me quede voz, hablaré de sus sueños, de todas las traiciones, de todos los silencios, de sus huesos sin nombre esperando el regreso / Mientras me quede voz, no han de callar mis muertos». No los recitó Hilda. Los lanzó. Le salían de dentro.

Hilda Farfante, en noviembre de 2014, estuvo en Barcelona, en la UB. Explicó la importancia de la Ley de la Memoria Histórica, hoy practicamente derogada por el PP. El suyo fue un testimonio extraordinario.Qué gran mujer.