¿Qué es la gamificación?

Las empresas indagan en qué es lo que tienen los videojuegos para ser resultar tan atractivos y motivar a los usuarios a lograr unos objetivos determinados

Captura de pantalla del configurador de trajes de la tienda online Tailor 4 less

Captura de pantalla del configurador de trajes de la tienda online Tailor 4 less / periodico

MARQ MARTÍ

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Seguramente muchos de los que están leyendo este artículo se habrán peleado con la geografía o con las matemáticas cuando eran pequeños. O lo hacen o lo harán sus hijos. Los libros con largas listas de países y banderas y problemas de cálculo interminables no ayudaban a hacer esa actividad muy atractiva que digamos.

Pero resulta que hace unos años aparece Facebook y una aplicación llamada Geo Challenge o Who Has The Biggest Brain y logran seducir a millones de usuarios, que compiten por ser quienes mejor saben situar las ciudades en un mapa y quienes conocen más banderas de más países o quienes hacen más rápido un montón de operaciones de cálculo. Cuántas más veces repiten el juego, más expertos se vuelven, y se convierten en aprendices, doctorandos o científicos, en maestros, en exploradores o logran alcanzar rangos todavía más elevados.

Los videojuegos siempre han tenido cierta mala fama. Todos hemos oído críticas a la adicción por la dependencia a las recompensas y al aislamiento social que pueden generar. Pero actualmente se han convertido en objeto de estudio de muchas empresas.

Para potenciar su comunidad de usuarios y de trabajadores las empresas necesitan buscar en la actividad que llevan a cabo 'hacks' que las hagan atractivas. Por eso indagan en qué es lo que tienen los videojuegos para ser resultar tan atractivos y motivar a los usuarios a lograr unos objetivos determinados dentro de una comunidad. De esa manera aumentan la productividad de sus trabajadores y fidelizan a sus clientes con acciones y procesos que de otra manera resultarían repetitivos o aburridos.

Competición y recompensa

La gamificación consiste en la inclusión de elementos y dinámicas presentes en los juegos, como pueden ser un conjunto de normas, competencias o premios para motivar la involucración y participación de las personas que forman una comunidad de usuarios determinada. Se trata de elementos y estructuras que sacan partido del deseo de recompensa, de estatus, de logro y de expresión, entre otros.

Las redes sociales han sido pioneras en este campo. Facebook o Twitter basan su éxito en estos elementos y dinámicas de los juegos. Incentivan la competición y la expectativa de recompensa, en número de seguidores, amigos, 'retuits' o 'me gusta', entre otros. Hacen más atractivo colgar una foto, escribir algo o ver un vídeo, por ejemplo.

Empezar por poco

Gamificar una actividad no es fácil. Algunas empresas pretenden empezar la casa por el tejado y desarrollar apps o juegos complejos en su página web sin elaborar antes una estrategia coherente sobre como les va a repercutir en su productividad. A menudo es más inteligente aplicar la gamificación en dosis reducidas. Lo más habitual es empezar por hacer más entretenidas pequeñas acciones.

Partiendo de esta base hace un tiempo que en Sitelabs, la empresa de diseño web en la que trabajo, apostamos por introducir elementos de gamificación en nuestros productos utilizando una calculadora de precio a medida. Me marqué el objetivoo de hacerlo con algo tan poco estimulante como es pedir un presupuesto de una página web o el presupuesto de una tienda online.

Poder elegir entre varias opciones incentiva a los usuarios a lograr el producto más adecuado a sus necesidades. Su recompensa es un presupuesto a medida que no lograrían en una web que sólo les invitara a pedir información a secas o que les mostrara unos packs con precios cerrados que no tuvieran en cuenta las necesidades de cada proyecto. Nosotros somos los primeros a los que nos beneficia la calculadora de presupuestos porque nos llega el 'lead' (petición de presupuesto) del cliente depurado y nos ahorra pasos en el proceso de negociación.

Gamificar para posicionar

Algunas tiendas online permiten introducir elementos y dinámicas más sofisticados de gamificación, como la posibilidad de personalizar el color, el estampado o las letras de una camiseta. En esta línea hay auténticas virguerías, como el portal Shoes Of Prey, que permite personalizar zapatos de mujer desde la medida, la forma y el color hasta los materiales y los acabados. O como Dresses By Me o Taylor4Less, que permiten diseñar vestidos de mujer y trajes para hombre. Estos elementos lúdicos motivan al usuario a probar su creatividad, y le recompensan con un producto personalizado que sabe que no tendrá nadie más igual.

Muchas tiendas online permiten incluso cambiar looks y colores y navegar de forma entretenida por su web. De esta manera invertiremos horas en sus páginas sin darnos ni cuenta, combinando, comparando, e incluso compartiendo diseños y contenidos en redes sociales. Eso generará nuevas visitas que también invertirán tiempo y compartirán más contenidos, aumentando sus métricas como la duración de la visita, que hacen que Google perciba que la página es interesante y la acabe posicionando mejor.

Gamificación en los medios digitales

Los medios de comunicación también están estudiando la manera de hacer hacer participar más al usuario, ofreciéndole servicios por los que merezca la pena pagar. Cuando los buscadores y las redes sociales se queden con la cuota de publicidad que los anunciantes invierten ahora en medios digitales, éstos deberán ofrecer una experiencia que potencie su pertenencia a la comunidad.

El usuario debe estar permanentemente deseando entrar en el diario cuando abra el ordenador o haga click en la app en su móvil para interactuar, no sólo para leer información. Debe tener un proceso pendiente del día anterior, algo nuevo en mente para hacer hoy. Esto puede ser participar en la decisión de qué temas se deben cubrir, dónde enviar un corresponsal o qué autor fichar para una columna de opinión determinada.

Y todo esto tiene que poderse llevar a cabo en una interfaz donde el usuario pueda interactuar de una forma compleja, más allá dar a ‘me gusta’ o compartir un contenido. Se trata de poder arrastrar elementos por la pantalla, pulsar botones y especular con datos. Debe poder competir con otros usuarios y liderar un ranking, por ejemplo.

Camino por recorrer

La gamificación es un horizonte interesante en muchos ámbitos. Hemos visto el caso de empresas varias y de los medios de comunicación. También se está aplicando en el sistema educativo y sanitario.

En la estrategia online de una empresa que quiera crecer en internet, apostar por la gamificación es una buena idea. Pero requiere una elevada inversión, ya que la creatividad y la puesta en marcha de aplicaciones y juegos son un bien escaso y muy preciado.

Eso también va a poner en valor figuras como programadores y diseñadores de videojuegos a los que tal vez hasta ahora atribuíamos poco glamour pero los vamos a ver introducirse en todos los ámbitos empresariales, desde la interfaz de un banco o la de un portal de comida a domicilio, adquiriendo así un papel más que relevante en el mundo de la comunicación corporativa.