Volkswagen o la inspiración de Henning Mankell

Un matrimonio con hijos golpeado por la crisis, arquitectos de profesión ambos, decidieron finalmente antes del verano aceptar la ayuda económica del suegro y cambiarse el coche viejo, renqueante y con estándares de seguridad anticuados. Era una chatarra andante, que se recalentaba y emitía ruiditos inquietantes y gases de tono oscuro a pesar de haber pasado la ITV, pero lo habían sostenido resignadamente durante los años en los que el trabajo había sido poco o inexistente.

«El medioambiente se merece disfrutar del viaje», les dijo un sonriente comercial del grupo Volkswagen cuando pusieron un pie en el concesionario para ver de cerca el Seat Leon Experience que les robó el corazón. Ambos salieron muy concienciados de que la potencia y la contaminación son cosas distintas, para nada incompatibles. ¡El mundo se merece que pague un poco más para conducir un coche más responsable con el medioambiente!, se repitió Marta. Tras enterarse de que Volkswagen había trucado más de 11 millones de motores con un software que maquilla las emisiones de gases contaminantes de óxido de nitrógeno, la pareja espera ahora a que en su concesionario les aclaren las cosas tras haber pagado por un coche pendiente de entrega y que para ellos es un completo desconocido. ¿Estamos comprando un coche trucado? Y si nos dicen que no tiene el software malicioso instalado, ¿podría tener otro tipo de trampa que se descubra en el futuro?, ¿Y si Volkswagen desaparece por esta crisis?, se pregunta la pareja que se plantea cancelar la compra pero se arriesga a iniciar un litigio para recuperar su dinero.

Las cuestiones se extienden más allá del sector de las cuatro ruedas. La pareja de arquitectos, muy fan de la sostenibilidad en sus diseños, se plantea ahora qué pasa con las lavadoras verdes, las neveras ecológicas, las televisiones de plasma de bajo consumo, y las baterías de los móviles. «Nos han engañado para que paguemos más por cosas que contaminan lo mismo», zanja con rabia.

Mientras el tiempo transcurre sin noticias de su coche, la pareja sigue con atención los registros de la Fiscalía alemana a las sedes de Volkswagen, las declaraciones contradictorias del ministro de Industria, José Manuel Soria, la persecución de la justicia contra la empresa en EEUU, las luchas de poder entre la familia Porsche y Martin Winterkorn, los silencios de los directivos de Seat. Una historia de intriga y poder que hubiera apasionado a Henning Mankell, un genio de la novela policial y un moralista viejo izquierdoso. Él no solo escribió best-sellers sino que también escribió contra las injusticias en el mundo. Relatos de un hombre encolerizado. Volkswagen le hubiera inspirado.