Calcetines estampados con palmeras y osos

Aixa Sanuy, 27 años, licenciada en Comunicación Audiovisual en la Universidad Ramon Llull y máster en Motion Graphics (IDEP Barcelona y Saint Martins de Londres); y Lidia Ansio, 27 años, licenciada en Magisterio y fanática de las sneakers

Lidia Ansio y Aixa Sanuy, de Pacific and co.

Lidia Ansio y Aixa Sanuy, de Pacific and co. / periodico

ANNA PACHECO / ANDREA GÓMEZ

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Vamos a dejarlo todo y hacer calcetines estampados originales. Así empieza la historia de Lidia Ansio Aixa Sanuy, que como ellas mismas reconocen no empezó en un garaje al estilo Steve Jobs, pero sí en una terraza de Gracia, donde pasaban las noches de verano. Hablaban de la vida, de la moda, de las zapatillas de las que son forofas…y de los calcetines. Lidia es de esas que hace tres coladas y todavía no ha acabado de lavar todos los calcetines, son su pequeña obsesión. Pero le faltaban colores, estampados, estaba harta de los rombos y los topos como top ten de la originalidad. Y así empezó todo “¿por qué no hacemos unos divertidos con palmeras?”. Y listo, primer diseño en sus manos. “Queríamos sentir la adrenalina de tener algo propio”.

Y aquí empezó la odisea, porque este complemento que puede parecer secundario y algo sencillo de producir es duro de roer. Empezaron a enviar mails a fábricas, pero claro como le cuentas a unos señores entrados en edad y a su empresa téxtil que quieres una palmeras en un calcetín. Hay que personarse, y eso lleva a una ruta. “No es como una camiseta, que la puedes comprar blanca, y adelante, no, el calcetín hay que fabricarlo, llegabamos a las fábricas y nos hablaban del punto, el ángulo, el rulo…” Querían lo imposible en un calcetín, y ellas mientras apuntaban palabrejas en una libreta, debían hacer entender al fabricante de “mitgetes de señora” que ellas iban a producir calcetines que cuestan 14€. Hay alguno que todavía se está recuperando del susto.

Tenían algo claro en mente: había que darle la vuelta a este complemento infravalorado. Aixa, que hasta entonces se había dedicado a la dirección de arte, comunicación audiovisual, fotos… quería llevar mil ideas de estampados y diseños a los calcetines. Hubieran muchas pruebas, calcetines a la basura, quemados, desteñidos… hasta que por fin encontraron una estampación especial a base de calor. La inversión fue mínima, y ahora tras un año en marcha Pacific and Co. puede decir que viven de ello. Sí, viven de los calcetines.

“Cuando salimos al mercado la gente que había empezado también con su marca alucinó”, y es que salieron con todo milimetrado al detalle: tenían el producto, un packaging de calidad, una web con compra online, vídeo de presentación de la colección… Pero eso no fué gracias a los 3,000€ de inversión inicial, sino al ‘yo me lo guiso, yo me lo como’, ellas se encargaban de todo, del diseño, de la producción, de hacer las fotos, de aprovechar un viaje mil-veces-soñado a Tailandia para hacer un vídeo que pareciera de Vogue España. Vamos, lo que significa apañarse solas. Si hubieran pagado ese vídeo ahí en las antípodas ahora todavía estarían haciendo sumas y restas con números rojos.

Pero no todo es de color de rosas. Llegó la Navidad y con ella una producción de 2,000 calcetines que había que hacer en una semana. Y venga a coser día y noche, sin comidas, ni cenas. A ello se le sumó la otra cara de todo proyecto de hoy en día: el darse a conocer. Pero claro las mismas dos que hacían el vídeo, eran las mismas que cosían, que estampaban y a las que les tocó ir al Festivalet, una feria navideña de productos artesanos hechos en Barcelona. Y ahí que se fueron con ojeras. Les fue realmente bien, pero Aixa aún recuerda la noche de domingo encerrada en el baño, cuando su cuerpo le dijo hasta aquí hemos llegado. Ahora están en proceso de ‘delegar’, que es algo que siempre cuesta cuando lo que está entre manos es como un hijo. Están implicando a más gente en comunicación, en la programación de la web, las sesiones de fotos… y es que no paran de crecer.

No solo venden calcetines en la web online, sino que cada día reciben más y más correos de tiendas y concepts stores que quieren tener su producto, entre ellas Trait Store, Nuovum o Pinar Shop. Pero es que además reciben pedidos de todas las partes del mundo, Italia, Alemania, Estados Unidos o Australia, donde el nivel de ventas es tan alto que todavía se preguntan cómo narices despiertan tanta devoción en Sydney o Melbourne.

Y no solo se trata de vender, sino de estar en constante creación. No son sólo calcetines de estampados bonitos, sino que cada uno de ellos tiene sentido propio. Crean colecciones con una temática muy marcada, primero fue algo muy tropical, luego una colección más de camuflaje con osos y bosques, y la última que se llama ‘son of the deserts’, y que hicieron un vídeo en el desierto que si te cuentan que fueron un equipo de 15 personas, te lo crees. También hacen colaboraciones con otras marcas, de eso reciben tropecientas propuestas. Pero hay que filtra un poco, ya que son horas, desarrollar un concepto, y como se curran tanto cada sesión y demás, quieren que estar muy convencidas. Hablan orgullosas de su colección para Dosnoventa, la marca barcelonesa de bicicletas, que no son solo referentes en bicis fixie, sino en el estilo, el rollo y la imagen de marca que transmiten. Hubieron muchas reuniones para adaptar el calcetín al modelo deportivo, de ciclista, pero ha valido la pena. Lo dicen a modo cotilleo, pero Luis Enrique -no sabemos de futbol, pero sabemos que es entrenador del Barça- cuenta con 10 pares. Ojo ahí.

Y para acabar de cerrar un currículum de altura añaden la guinda final: han subido a la pasarela de la 080 Barcelona Fashion. Que se dice rápido, pero pocos proyectos pueden decir algo así. Y nada menos que de la mano de Krizia Robustella, diseñadora que lo peta en cada edición. Se conocían un poco, Krizia fue a la presentación de la marca, les gustó lo que hacían, y les dijo tenemos que colaborar. El clásico comentario diluido en un evento con cervezas gratis. Pero iba en serio. Ya van dos desfiles de la 080 donde Pacific and Co. ha diseñado los calcetines que llevarían los modelos complementando los looks de Krizia.

A todo ello, nos cuentan su historia dentro de una de las tiendas donde venden los calcetines. Es la concept store Trait Store, situada en el barrio de San Antonio -¡corred, buscad un piso, es el nuevo sitio guay de la ciudad!- y donde hay que llevar al marido, novio, hermano, vecino, y que dejen de quejarse que no hay sitios para ellos. Se ponen a hablar con los propietarios de la tienda, otros jóvenes que se lanzaron a la piscina abriendo una tienda ultra moderna en una calle donde solo había mercerías octogenarias. Son Joao Novaes y Gabri Ortiz, compis de negocio con Pacific and Co. y ahora ya amigos. Hablan de nosequé feria en Estados Unidos, que es la créme de la créme en lo que nuevas marcas y tendencias se refiere, y que han mandado un mail porque quieren los calcetines Pacific and Co. No se lo creen. Pero es que tampoco creían que fuera a funcionar esto cuando la mitad de los jóvenes de Barcelona se han pasado el invierno con el pantalón arremangado, los tobillos al aire, y una gripe cada tres días. Por suerte las zapatillas de deporte están en la cresta de la ola, más alla de para ir al gimnasio. Y ahí están ellas, reclamando muy fuerte que los calcetines siempre estirados y bien visibles. Hay que empezar a vestirse por abajo.

Post publicado en Jóvenes (sobre)salientes