Pequeño observatorio

Pasan los años y los libros

JOSEP MARIA ESPINÀS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Perdonen la referencia personal, pero me ha parecido significativa. Este 23 de abril hace 60 años -60 abriles- que, habiendo presentado una novela al premio Joanot Martorell, el jurado me concedió el premio. Como se comprende, yo era entonces muy joven.

La había escrito a mano, en las mesas de algunos cafés, habitualmente de noche, y la envié sin repasarla. Aquellos días me iba a París, recién casado, y una buena amiga tuvo la bondad de pasar el texto a máquina y llevarlo a la editorial que convocaba el premio. De todo esto hace ahora 60 años y, naturalmente, me cuesta creerlo.

También me cuesta verme como ese chico de veintipocos años que escribía novelas y había decidido, quizá temerariamente, abandonar de forma definitiva el intento de ejercer de abogado. Es evidente que sin esa juventud, hoy tan olvidada, yo no sería el octogenario de hoy, pero el hecho es que no pienso nunca, espontáneamente, en aquellos años. Cuando algún periodista quiere saber algunas cosas de mi juventud, no suelo quedar muy bien. No recuerdo nada que sea especialmente interesante. Quizá porque pienso que ese chico era un lejano antepasado mío, y que no había sido protagonista de ninguna historia. Ahora me he dado cuenta de que hará 60 años que terminé mi primer libro.Pla,tan amigo de las combinaciones de adjetivos, quizá diría que este hecho es curioso, imprevisible, anormal e insignificante. Yo estaría de acuerdo, porque ir publicando tantos libros también significa distanciarse. Si tengo que dedicar un libro que no es el último a alguien que lo tenía que haber leído hacía tiempo y lo guardaba, reconozco que me siento un poco incómodo. ¿Realmente lo escribí yo, aquel libro de hace años que ahora firmo como mío? Tengo la impresión de que me hago trampa a mí mismo, una trampa a quien era yo cuando lo escribía. Como si yo fuera solo yo en el libro recién hecho. En el momento que ahora vivo.