Pequeño observatorio

Ignorantes amigos telefónicos

JOSEP MARIA ESPINÀS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Me han telefoneado de una entidad cultural para preguntarme si los datos que tienen de mí son correctos. Es una entidad importante con la que no tengo ninguna relación. El motivo de la llamada era poner su archivo al día y que no haya ningún error cuando me envíen información.

La chica que me llamó fue muy amable y pronto se acabaron las preguntas. Lo que me hizo gracia fue que, más o menos, me habló así: «Le llamo, Josep Maria, para confirmar los datos que tenemos. ¿Su domicilio es tal, Josep Maria?». «Sí», le dije. «¿Me podría decir, Josep Maria, si le podemos informar en algún otro teléfono? ¿No? Gracias, Josep Maria. ¿Y correo electrónico, Josep Maria?». «Lo siento, no tengo», dije. La chica dijo: «Muy bien, gracias. Eso es todo, Josep Maria».

Como ella iba al grano, no tuve tiempo de interrumpirla. Seguramente tenía una larga lista para hacer las comprobaciones, unas cuantas docenas de Lluïsos, Enrics, Peres y muchos más Joseps (sin Maria), e Isabels, Annes, Joanes, Mercedes, Glòries, Carmes...

Es curioso, cuando me llamó no me dijo «Josep Maria Espinàs», para asegurarse de con quién hablaba. Usar mi apellido quizá le habría parecido crear una distancia, y con el «Josep Maria» ya nos podíamos tratar como si fuéramos amigos de toda la vida. Me admiró no solamente la insistencia, sino también la naturalidad con que era capaz de repetir mi nombre cada cuatro palabras. Me supo francamente muy mal no saber el suyo, de nombre. A cada pregunta, yo habría dicho «sí, Carme», «exacto, Rosa Maria», «la dirección es efectivamente esta, Clàudia». Su nombre, lamentablemente, lo ignoro. Pido excusas por haber contestado solamente «sí» o «no». Que la simpática interrogadora se haga cargo de que si no me dijo su nombre yo no pude corresponder. Josep Maria tan solo puede decirle que tiene usted una voz muy bonita.