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España no es un país de incorruptos. La tradición viene de muy lejos, se pierde en la memoria de los tiempos

Iosu de la Torre

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Almorzar el último martes de enero con una ristra compuesta por unsecretario de infantas imputado, un teniente de alcalde detenido y unexalcalde-parlamentarioal que piden imputar ratifica aquel 'no hay pan para tanto chorizo' que emergió en medio del clamor del15-M. Sí, sí, faltan panes para la cantidad dechorizos que emergen en estos tiempos de estrecheces, recortes y muchacrisis.

España no es un país de incorruptos. La tradición viene de muy lejos, se pierde en la memoria de los tiempos, está enraizada genealógicamente y encontró el mejor fertilizante en ese periodo llamado Transición. La muerte deFranco provocó otros muchos entierros. Para salir adelante había que mirar hacia otro lado y no agitar el miedo a que se les helase de nuevo el corazón. Las paladas de tierra cayeron sobre encima de la Memoria Histórica (que no significa otra cosa que justicia).

Somos herederos de una dictadura que alimentó lacorrupción. Lospartidos políticos que emergieron con el nuevo régimen nunca supieron ni quisieron borrar la corrupción de un país nuevo pero viejo por mantener tan malas costumbres. Con otras leyes, con otra Constitución, con una administración de justicia diligente se hubiera conseguido probablemente cambiar la mentalidad común que asume vivir rodeados de corruptos.

Hay también una raiz antropológica y machista. El poder atrae más poder. La avaricia, más avaricia. El sexo, más sexo. Quieren más y más, y más. Fabricantes de burbujas que sí explotan.

¿Qué llevó aUrdangarina amar tanto el dinero? ¿Y a ciertos presidentes autonómicos a peajes por la construcción de una autovía? ¿Cuántos políticos de Levante y las Baleares estrujaron la ley del suelo para hinchar los bolsillos? ¿Cuántos Giles han disfrutado de la bonanza económica de cuando vivíamos como nos merecíamos? ¿Algún banquero advirtió la trampa dónde estaban metiendo a los ciudadanos? ¿Hay alguno encarcelado, que no indultado?

A la espera de que se despejen los más de 300 casos de corrupción que hay actualmente en los juzgados, aceptando irremediablemente la presunción de inocencia y la lentitud del sistema judicial, podrían estar bajo sospecha un presidente de Gobierno que quizá recibió sobres con dinero del tesorero de su partido, un yerno del reyJuan Carlos que trincó hasta forrarse aprovechándose de su condición, un secretario de la Casa que también se aprovechó, decenas de miembros delPartido Popular que cobraron sueldos en B, varios cargos socialistas implicados en la estafa de los ERES en Andalucía, un miembro de una fundación socialista que cobraba a través de su ex mujer, un exalcalde convergente vinculado a lamafia rusa, la descendencia de la familia Pujol con negocios oscuros en el extranjero hasta un larguísimo etcétera.

Aquí mi hashtag:#noespaisparaincorruptibles