Al contrataque
Duran cena en la cocina
Joan Barril
Ha dirigido el semanario 'El Món' y ha ejercido de columnista en diarios como 'El País' y 'La Vanguardia'. Actualmente presenta 'El Cafè de la República en Catalunya Ràdio'. En televisión dirigió el programa 'L'illa del tresor' junto a Joan Ollé en el Canal 33.
JOAN BARRIL
Hace unos tres meses el Liceu abrió su escenario para ofrecernos 'La forza del destino', una ópera deVerdicuyo título ya nos indica que, a menudo, la especie humana se ve arrastrada hacia el desastre a partir de fuerzas divinas, terrenales o casuales. Pienso en 'La forza del destino' ahora que hace una semana queDuran Lleidapasó por el martirologio auspiciado por sus adversarios e incluso por alguno de sus teóricos amigos. Un hecho lejano y reprobable, cual fue el aprovechamiento de recursos públicos por parte de unos desaprensivos de su partido, ha revertido sobre el dirigente de Unió. No siempre veo con buenos ojos algunas de las propuestas de Duran, pero hace muchos años que me dedico a contemplar la realidad política y estoy convencido que es uno de los políticos más clarividentes y hábiles negociadores que tenemos. Sin embargo, una extraña fuerza se cierne en torno a este personaje hasta llevarle a un destino infausto.Durandice en voz alta lo que muchos piensan, pero por el mero hecho de ser él quien lo diga se le desautoriza.Duranfue vicepresidente de la Internacional Demócrata Cristiana y ahora se le afea que se haya ido a una reunión de ese movimiento en Chile.Duranniega sus pretensiones políticas, pero los rumores siguen hablando de su ambición de ser ministro con el partido que más convenga. Entre un advenedizo independentista y Duran, ciertos medios intentan descabalgarle y casi le acusan de traidor a la patria, como si la razón fuera la quintaesencia de la traición, típico rasgo de todas las religiones con dirigente ungido por las leyes de la herencia.
Este fenómeno de linchamiento político al que está sometido ese hombre solo puede comprenderse por el ADN cainita que impregna el sentimiento catalán. Sucede en todos los partidos catalanes. Lo que importa por lo visto no es el combate ideológico sino la alegría que proporciona a los adversarios los rifirrafes internos de la competencia. Se trata de poner el listón lo más bajo posible y a aquel líder que destaque y que levante la cabeza se le degolla con todas las herramientas entre las que destaca, naturalmente, el rumor y la maledicencia.
El destino catalán es fuerte cuando se manifiesta en la calle, pero acaba debilitándose el día en el que los dirigentes intentan ser el gallo más cantarín del gallinero. Entonces es cuando aDuran no se le escucha, sino que se le manda a cenar a la cocina. Van a por él, porque es el único que desde las filas nacionalistas se ha atrevido a decir que lo de la soberanía no es tan fácil y que una cosa es el matrimonio de conveniencia entre primos hermanos y otra es aguantar a que el cónyuge esté tonteando con ERC.Duran podría hacer suyo el aforismo deGoethecuando, a punto del divorcio, le diga aMas: "Quien no acierte con el primer ojal, no acabará jamás de abotonarse". Catalunya es un país de justicieros y de puristas. Hay quien está convencido de que la condición de catalán comporta un candor pristino y que hay que combatir todo aquello que huela a podrido. En esta familia se acercan tiempos difíciles y más dolorosos para los primos. Y las cortinas de humo a veces hacen toser a los incendiarios. Es el destino.
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