Al contrataque

De mulas, bueyes y vacas

Manel Fuentes

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Al cabo de 2.012 años vamos conociendo algunos detalles de un día tan trascendente como el de hoy, todavía para nosotros, como es el del nacimiento deJesús de Nazaret. Los detalles no nos llegan de ningún borrador policial de la época, sino por la palabra directa del papaBenedicto XVIa través de las reflexiones de su último libro. En el nacimiento deJesús, nos dijo el Pontífice, no hubo ni mulas ni vacas. Lo cual nos ha dejado estupefactos. En el pesebre ya había algunas figuras en entredicho, y no me refiero solamente alcaganercon barretina, o a algúnpower rangerque hay quien coloca en belenes de nueva creación. El ángel anunciador, por ejemplo. Genera poca credibilidad, ya que si realmente se apareció así, con sus alas volando sobre los pastores, las crónicas de ese día en los libros sagrados hablarían más de ese ser volador que de un bebé recién nacido en un establo que debía interactuar más bien poco.

El Papa, no contento con que a partir de ahora miremos con recelo al buey y la mula, con la ruina consiguiente para los vendedores de figuritas de Santa Llúcia, además nos cuenta que los reyes magos, más que de oriente, venían de Andalucía. Hombre, siendoRatzingeralemán, y estando las cosas como están con esto del euro, no deja de ser feo que diga ahora que los que llegaron varios días tarde al nacimiento montados en camellos eran españoles.

Con esta revelación el papaRat-zinger, insisto, desmonta otro mito. Si iban del sur de España a Belén, eran los reyes de Occidente y no de Oriente. O sea, un lío. Total, que si tras estos desmentidos del Papa nos ponemos a analizar el pesebre con ojos de hoy, hay otras figuras en entredicho.San José. ¿Qué decir que no se haya insinuado ya? Pues eso, que como figura que igual estaba allí la mantenemos, pero bueno, eso, que básicamente fue un santo.

Distorsión de lo esencial

De todos modos, más allá de cómo fue el nacimiento y cómo lo representamos hoy con mayor o menor precisión en casa, lo que me fascina es la distorsión a la que se ha llegado sobre lo esencial. Sobre la doctrina que desarrolló el bebé pasados unos años. Comprobar cómo se ha reconvertido en otra cosa una historia de humildad, pobreza, inconformismo, resistencia, comunidad, lucha por unos ideales, ayuda a los más necesitados, muy cercana a lo que serían hoy los movimientos sociales de lucha contra los desahucios y los abusos de la banca. Hoy unas cúpulas poderosas y poco transparentes han hecho suyo el discurso, y por encima de la libertad, la denuncia y persecución sistemática del abuso lo que defienden es el control social por la vía del sentimiento de culpa y del pecado. Lo que nadie nos cuenta es cómo un líder revolucionario puede haberse convertido hoy en el icono de una institución tan tradicional. Y tampoco se entiende cómo una cierta izquierda ha dejado de reivindicar como suya esta figura y su historia cuando podría ser un gran estilete para intentar cambiar muchos comportamientos. Será que sigue habiendo demasiados mercaderes en el templo. Será que la revolución sigue siendo tan temida por el poder como lo fueJesúsen la época, y así acabó. Feliz Navidad.