En el Día de Internet

Saül Gordillo

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FelizDía de Interneta tod@s. Parece que tenemos motivos de celebración. Twitter pone en marchala traducción al catalán. Una campaña, la de#twitterencatalà, que EL PERIÓDICOsecundó ya en septiembre. El espíritu colaborativo de una comunidad se abre paso ante las reticencias de carácter más administrativo. No obstante, la política institucional intenta aprovechar la celebración del#DiadeInternetpara llevar el agua de la red al molino de la transparencia. Mirenel vídeodeMariano Rajoypublicado hoy mismo.  Más allá de la voluntad y de la gesticulación, tendremos que esperar a ver los resultados de la ley de transparencia. En Catalunya, la transparencia es una idea compartida por instituciones (algunas), internautas y periodistas como los de la UAB, que acaban de lanzarun proyectopara monitorizar el nivel de opacidad-transparencia en los ayuntamientos.

Entre las grandes ciudades catalanas, menos de la mitad de sus ayuntamientos aprovechan la web municipal paradivulgar las retribuciones de sus cargos públicos. La colaboración será imprescindible para mantener actualizadoel mapa de la transparencia de los ayuntamientos. En algunos municipios, los cargos electos han asumido con ánimo propagandístico el uso de herramientas 2.0 pero no se preocupan de garantizar que la información pública de titularidad municipal esté allá donde toca: como mínimo en la web.

Han pasado ocho años entre elpásalodel 11-M porsmsy la celebración del primer aniversario del 15-M surgido en la era de lostrending topics. Delsms al #, y en ocho años la irrupción de las redes sociales ha pillado al sector tradicional de la comunicación con la guardia baja. Los medios se reinventan e innovan. EL PERIÓDICO acaba de abrir en la weblos datos de sus últimos barómetros, un gesto que los usuariosagradecenen Twitter.

Celebrar el Día de Internet puede parecer una excentricidad. Lo es para los superusuarios. Pero pensemos por un momento en los nuevos excluídos y marginados sociales de la era digital. En los ciudadanos que no tienen acceso ni conectividad, en los que no se pueden permitir la Internet más cara y lenta de Europa. Territorio, formación o nivel económico. Aún queda mucha brecha digital por tapar.