Las señales de Rajoy

Joaquín Romero

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Todo el mundo presiona aMariano Rajoypara que anuncie ya sus planes económicos y, en concreto, los ajustes que tiene en mente. El presidente del PP, fiel a su estilo, no se acelera, aunque sí da algunas señales, más allá de informar de la reuniónsecretacon el presidente del Gobierno en funciones para transmitir la imagen de que está en ello.

         La primera señal la dio a través de la secretaria general del PP al día siguiente de las elecciones, cuandoMaría Dolores de Cospedaldijo muy claramente que España está haciendo los deberes y que ahora la pelota está en el tejado europeo. El mismo partido que había acusado durante tres años al Gobierno socialista de ser el responsable directo del paro, del encarecimiento de la deuda, del débil crecimiento, de todo lo demás y de no hacer nada, daba un giro de 180 grados nada más ganar en las urnas para respaldar las medidas tomadas a partir de mayo del 2010, a las que se opuso y tanto criticó. Un cambio importante que ha pasado como de puntillas.

         La segunda no fue lanzada por la línea oficial del PP, sino por la oposición interna.Esperanza Aguirredecía el martes que su partido ha encontrado la caja vacía al llegar al Gobierno. Es obvio que los populares aún no han ocupado los ministerios, que no han visto ninguna caja y que no será precisamente la presidenta madrileña quien se encargue de hacerlo. Era un torpedo --uno más de los que lanza lalideresa-- contra Rajoy, en cuya erosión se ocupa siempre que puede. Parece claro pues que será todo lo contrario, que el PP no va a iniciar su mandato con acusaciones sobre falsedades contables que podrían perjudicar seriamente los intereses del país y castigar la gestión deRajoy.

         La tercera señal: encuentro conRodrigo Ratoel miércoles en la sede del partido, donde el presidente de Bankia ya había estado la noche electoral celebrando la victoria. Los rumores hablan de su eventual incorporación al nuevo Gobierno. Es posible, pero improbable. Resulta curioso que de todas las conversaciones queRajoyestá manteniendo con banqueros la primera que trasciende sea ésta. El Banco de España acaba de intervenir el Banco de Valencia, una filial de Bankia; y, aunque las críticas se han dirigido aMiguel Ángel Fernández Ordóñez, el que tiene el problema es el banco matriz. SiRajoyprofundiza la reforma financiera, cosa que se da por descontada, todo el mundo cree que el banco deRatoserá el que le dará más quebraderos de cabeza.