Gente corriente

Montse Mechó: "Prefiero hacer piruetas en el aire que punto de cruz"

Paracaidista a los 77. Empezó a saltar a los 49 años y ni una pelvis hecha añicos le ha impedido seguir. Lleva más de 900 saltos.

Montse Mechó

Montse Mechó

NÚRIA NAVARRO

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Es buena esquiadora, mejor nadadora e incluso fue campeona de salto y trampolín. Cuando tenía 49 años se separó de su marido y se lanzó en paracaídas. Montse Mechó acaba de cumplir 77 años, lleva 903 saltos y piensa seguir haciéndolo.

-A usted no la pescan haciendo punto de cruz, ¿eh?

-Prefiero hacer piruetas en el aire. Mi cuerpo aún es flexible.

-Pues tiene suerte.

-Cuando era pequeña mi madre me llevó a hacer ballet con Joan Magrinyà. Y más tarde empecé a nadar en el Club Natació Barcelona. En 1951 gané el Campeonato de Catalunya en saltos de palanca y trampolín. Luego me casé y tuve a los niños.

-¿Y se acabó el deporte?

-Al principio fue bien. Él era un deportista. Hizo las primeras tareas de socorrismo con lanchas de la Cruz Roja. Íbamos con los niños a esquiar a la Molina y a Baquèira con el dinero que yo ganaba haciendo venta directa de productos de limpieza del hogar y cosmética Stanhome. Pero luego se buscó a otra y se acabó.

-A un gran mal encontró usted un gran remedio.

-Mis hijos se unieron a mí. Me apuntaron a campeonatos del mundo de esquí para veteranos, me llevaron a hacer windsurf... Hasta que un día de agosto de hace 27 años, mi hijo Eduard se fue a Empuriabrava a saltar en paracaídas y me apunté.

-Saltó con un monitor, claro.

-¡Entonces no había eso hijita! Me explicaron que tenía que saltar mirando al avión y me enseñaron cómo hacer larouléal llegar al suelo. Salté, marqué unángelcomo hacía en el trampolín y caí en un campo de patatas, encantada de la vida.

-Menuda osadía la suya.

-Era algo que deseaba hacer desde que en 1952 se celebró un festival aéreo en El Prat. Vinieron los primerosjets que rompían la barrera del sonido y una paracaidista llamada Colette Duval saltó con unparacommander. ¡Yo quería hacer lo que ella!

-Lo logró y de sobras.

-Saltar me ha ayudado a superar la muerte de Eduard, hace ahora 25 años. Cuando estoy allá arriba le digo: «Aún estoy haciendo cosas, ¿eh?»

-¿Cómo murió su hijo?

-Haciendo pesca submarina en Roses. Se quedó demasiado tiempo abajo. Todo lo llevaba al extremo. Había esquiado con Paquito Fernández Ochoa. Había hecho de doble en películas comoWaka-waka, la primera que rodó José Coronado.

-¿Qué siente usted allá arriba?

-Cuando bajas a 200 kilómetros por hora sientes... ¡la libertad!

-La ha sentido de todas las maneras.

-He saltado desde un helicóptero ruso M-26 y desde un globo. Tras mucho tiempo saltando en grupo, en 1993 hice los primeros campeonatos del mundo defreestyley me enamoré. Los jueces se quedaron tan parados al ver que una señora de 60 años hacía todo aquello que me invitaron a ir a Arizona. Ya me ve a mí viajando sola para Phoenix en un avión de la organización.

-Una valiente en todos los frentes.

-Me lancé en las primeras olimpiadas del aire en Efeso. Y en Finlandia. Y durante cinco años salté sobre la playa de Barcelona en la Festa del Cel de la Mercè. Una vez me soltaron demasiado lejos, el viento era de Levante y aterricé a lo chica Bond sobre el Club Natación Barcelona. Alucinaron. Ahora, por cuestiones de seguridad aérea, dicen, ya no me dejan.

-Tengo entendido que está operada de la cadera.

-Hace 41 años tuve un accidente en la Meridiana. Conducía una amiga novata, dio un volantazo y otro coche se nos llevó por delante. La pelvis se me rompió por cinco sitios, estuve dos meses en un hospital y me quedó una molesta cojera. Hace cuatro años me pusieron la prótesis.

-¿Sabe el médico de sus aterrizajes?

-Yo le dije: «Si me tiene que operar para que no tenga dolores, pero me prohíbe esquiar y saltar, déjelo. Puedo aguantar los dolores».

-¿Le aguanta la cuenta corriente? El paracaidismo no es barato.

-Pues cobro una pensión no contributiva de 339 euros, más una ayuda de la Generalitat de 90. Fíjese, las ventanas no cierran bien, allí tengo humedades... Suerte que ahora ya no pago los saltos. Todos me invitan.

-¿Le queda algo pendiente?

-No. La ilusión de mi vida era saltar. También cumplí el sueño de ir a Brasil, que acariciaba desde que viLos tres caballeroscon José Carioca. Yo, que soy campeona de España de braza de veteranos, me apunté a los Mundiales de Río de Janeiro y quedé la 13ª de 26. Sin entrenar, ¿eh?