EL HUMOR

Desde el Sahara buscando Dakar (II)

Ferreres
Manel Lucas

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A menudo, la política española y la catalana pueden analizarse mejor con el prisma de la ironía. El humorista

gráfico Ferreres lo ha lleva haciendo con agudeza y éxito desde hace lustros. Ahora, en cinco días, resumirá los últimos avatares de las distintas fuerzas en liza, en compañía del polaco Manel Lucas.

Ni tan siquiera haber perdido las elecciones frenó a las formaciones de izquierda para revalidar el Govern a tres. Aún no habían tenido tiempo de cansarse los unos de los otros, a pesar de lointensode la primera parte de la relación. Eso tuvo que ser un golpe duro. Como encontrar en medio de las dunas una garrafa de agua y descubrir que está agujereada.

Inevitablemente, la federación se encontró como los concursantes deSupervivientescuando llevan ya seis o siete semanas y empiezan a notar la falta de comida: se ponen nerviosos, saltan por cualquier cosa y pierden los estribos con demasiada facilidad.

Y así, ocurrió queMasplanteó lo de lacasa gran del catalanismemientrasDuranafirmaba que a él nadie le había contado nada, yOriol Pujol--un político que corre mucho: el otro día participó en el medio maratón de Barcelona-- se planteaba "pulir las aristas" del líder de Unió antes de aceptarlo como candidato a las elecciones generales. InclusoJordi Pujolconfesó medio en privado, medio públicamente, que temía por la división. Pero claro, si un grupo en situación extrema se divide no sobrevive. Imagínense aDurandeambulando sin rumbo por una parte del desierto, junto aJosep Sánchez Llibre,mientras en otra latitud, pero igual de perdidos, vagan sedientosMas, Felip Puigy otros soberanistas. Al fin, se impuso la cordura.

Lo que no cambió fue la obsesión por el tripartito. La sensación de que el Govern estaba de okupa en una casa que debía ser suya era demasiado fuerte para olvidarla. CiU era el novio abandonado que no podía soportar la visión del espabilado que le había birlado la chica.

Eso ha conducido a la paradoja de plantarse en la precampaña de las elecciones generales con el argumento de que, para apoyar aZapatero,se exigirá el fin del GobiernoMontillaen Catalunya. Para una formación nacionalista ha de ser un marrón condicionar el futuro de tu país desde otro. Pero hay que salir del desierto, la necesidad obliga.

También para huir de esa situación surgió la idea de lacasa gran del catalanisme.Una casa para recuperar otra. Pero en ese proyecto los prolegómenos superaron con creces a la realización en sí. Y los prolegómenos pueden ser muy divertidos, eso es un hecho comprobado, pero saben a poco si luego no hay concreción.

En este periodo desértico, CiU ha podido abrevarse en algunos pequeños oasis. Uno de ellos ha sido el ayuntamiento de Barcelona. Gracias a queJordi Hereutiene un contrato en precario, una especie de alcaldía-basura, con un equipo en minoría,Xavier Triasha logrado algunas victorias, junto a PP y ERC. Sorprendente en teoría, pero más lógico si se piensa que no todos los asuntos de política local tienen que ver con la ideología. Por ejemplo, el trazado del AVE a su paso por la ciudad. Puede que el 9-M avisten Dakar. Pero si no es así, muchos se acordarán de que el famoso rally se ha suspendido.