el pianista del majestic

Teatro

ARTURO San Agustín

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El jueves, día de patrias, flores, oportunismos, simulacros y algún grito,Ricard Salvatestrenó oficialmenteUn día. Mirall trencat.El maestro ha puesto, pues, aMercè Rodoredaen el teatro Borràs con la intención de ganar. Y si digo ganar es porque en Catalunya las cosas del teatro siguen siendo una guerra, tan antigua, que yaTucídicesse ocupó de ella.

Salvatsiempre está cabreado con la vida. Y ese cabreo permanente forma parte de su encanto personal. El cabreo y una inteligencia afilada, una casi maldad culta de cejas arqueadas y como de leopardo, que en otro país más leído daría mucho juego. Pero aquí estamos siempre en lo mismo, en la paranoia, la subvención y el navajeo y así no se avanza. Aquí, unos echan barriga, a otros les explota la vesícula biliar y los más decididos se van a Madrid.

Cuentan que Barcelona fue alguna vez ciudad culta en la que habitaban unos burgueses implicados en eso que algunos llaman vida cultural, pero yo creo que se trata de cuentos. Ocurre que si esSalvatquien asegura que esos burgueses cultos, que esos barceloneses existieron hasta que llegóFrancocon su guerra, quizá no se trate de una de esas leyendas que ahora llamanurbanas.

Si hablo aquí de burgueses ilustrados es porque la obra de la fría y cerebral damaRodoredao el montaje teatral basado en la misma va de eso: del paso del tiempo y de la degradación de una clase social queSalvatasegura haber conocido cuando era uno de los pocos que sabía de la existencia deBertolt Brecht,a quien, además, leía en alemán.

En Buenos Aires vivió también un personaje culto y permanentemente cabreado. ComoSalvat.Hablo del escritorManuel Mujica Láinez.Una de sus actuaciones más esperadas solía ofrecerlas las noches de estreno teatral. El primero en levantarse de la butaca era él. El primero que comenzaba a aplaudir era él. Y era él también quien, mientras aplaudía, acostumbraba a decir: "Mal, muy mal. Como debe ser". Un lema que también he hecho mío.

O sea, que el permanente cabreo deSalvatse valoraría más en Buenos Aires que en esta Barcelona de los lateros.