ENTREVISTA A UNO DE LOS INVITADOS ESTRELLA DEL SALÓN

"La obra de Tezuka es una oda a la vida"

El cineasta Macoto Tezka, hijo del dios del manga, a quien el Manga Barcelona dedica una gran exposición en el MNAC, recuerda a su padre

El cineasta Macoto Tezka, hijo del 'mangaka' Osamu Tezuka, este miércoles en el Manga Barcelona.

El cineasta Macoto Tezka, hijo del 'mangaka' Osamu Tezuka, este miércoles en el Manga Barcelona. / periodico

Anna Abella

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“Cuando la gente vea las obras de mi padre en la exposición puede parecerles que su estilo es simple pero tras ese dibujo solo aparentemente sencillo se esconden temas de una gran profundidad. El principal es la propia vida, el valor de la vida, sus obras son una oda a la vida, y por regla de tres surge su pacifismo y antibelicismo. Y él no pensaba solo en vidas humanas sino en las de los animales y todos los seres vivos, porque la guerra no solo tiene víctimas humanas”. Mientras a su alrededor el Manga Barcelona ultima los preparativos de la 25ª edición que abres este jueves sus puertas, habla el cineasta Macoto Tezka (Tokio, 1961) sobre su padre, el dios del manga, un Osamu Tezuka (1928-1989), cuyo trabajo brillará hasta enero a través de 201 originales en la gran exposición que le dedica el MNAC, organizada conjuntamente con Ficomic y el festival de Angulema.

Como “un genio amable” define a su padre Tezka (nombre artístico de Makoto Tezuka), que además de dedicarse desde joven a dirigir supervisa ahora el legado del creador de Astro boy y ‘Kimba, el león blanco’, hitos del manga para niños, y de obras maestras para adultos como ‘Fénix’ o ‘Adolf’. “Mi padre creía que los niños no tienen demasiada relación con lo que significan la vida y la muerte, que no suelen estar en contacto con estos conceptos, y que leyendo sus obras sí podían entenderlo, porque sus personajes mueren, y a través de sus mangas los niños aprenden el valor de la vida”, explica a este diario el cineasta, que añade que Tezuka “sabía mostrar la otra cara de la muerte, que es la gran energía de la vida”.

En la filosofía de Tezuka influyó la guerra y la posguerra vivida en Japón. “Él nunca nos hablaba en casa de aquella época, nunca oí de su boca historias de la guerra, decía que aquella información la encontrarías en sus obras. Y mi madre era una niña durante la guerra y solo decía lo pobres que eran y lo mal que lo pasaron –recuerda-. Unos años después de la guerra, Japón tuvo un crecimiento espectacular y la gente quería olvidar el pasado, cuando yo era niño nadie quería recordarlo”.

Tezka dará una charla sobre su padre en el salón, que proyectará una de sus primeras películas, ejemplo de cine experimental ‘The Legend of the Stardust Brothers’ (1985), sobre el ascenso y caída de un ídolo pop con terror, humor y animación a lo Monty Python. “Entonces solo se vio en Japón porque decían que fuera no se entendería, pero muchos jóvenes últimamente me dicen que les gusta. Y un amigo inglés me animó a llevarla a festivales de fuera, el año pasado se pasó en el festival de Sitges y en Nueva York y la gente la acogió muy bien. Viendo el ‘revival’ hice una secuela y en Japón me dicen que se entendía menos que la primera…”.         

Hace años adaptó al anime la obra de Tezuka ‘Black Jack’, porque hacerlo con actores reales era muy complejo. Confiesa que planea también adaptar ‘Fénix’ pero “es una obra tan inmensa que necesitaría una coproducción con otros países”. Lo que sí acaba de estrenar es, con actores, la versión de ‘Bárbara’, un manga de su padre sobre un artista obsesivo y su musa. “Le elegí porque está cerca de mi expresividad como creativo, porque me siento cercano a la historia y sus personajes y me gusta su aura de misterio y de intriga”.

La "vitalidad" del suegro

Junto a Tezka ha viajado su mujer, Reiko Okano, autora de manga. Sentada a su lado es imposible no preguntarle si Tezuka, como a tantos ‘mangakas’ también le influenció. “Debo confesar que a mí, más que leer cómic, me gustaba más el cine porque me permitía plasmar en el dibujo lo que me fascinaba. Y aunque conocía su obra por los animes de ‘Astro boy’ o ‘El emperador de la jungla’, no había leído los mangas de mi suegro. Fue cuando nos comprometimos que me leí ‘Buda’ y ‘Fénix’”. “¡Ella era la excepción, todos en aquella época habían leído a Tezuka!”, exclama pronto su marido con una sonrisa.

Después de que el cineasta revele que Tezuka desarrollaba primero una historia y luego decidía si sería para lectores jóvenes o adultos en función de la editorial que fuera a publicarla, Okano retoma la palabra para destacar “la vitalidad y energía, la sensibilidad y amor por la historia y los personajes” que destilan los originales de su suegro, un hombre, concluye, “con un corazón y un espíritu completo”.