'¡Déjate llevar!': desenvoltura de boquilla

En lugar de liberarse de corsés, como pide su título, esta comedia de equívocos de Francesco Amato se justa en todo momento a la fórmula

Nando Salvà

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Historia de un agarrotado psicoanalista que conoce a una espontánea entrenadora personal, la tercera película de Francesco Amato debería haber hecho caso a la explícita invitación que su propio título ofrece. En lugar de liberarse de corsés, en cambio, esta comedia de equívocos se ajusta en todo momento a la fórmula: por un lado se basa en un choque de personalidades del todo previsible -dos dispares curanderos inicialmente entran en conflicto pero llegan a conectar-; por otro, basa buena parte de su humor en la cáustica ironía patentada por el actor Toni Servillo en sus papeles previos, aunque luego la adorne de 'slapstick' tosco y demás chistes de trazo grueso.