ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

Periodismo de película

El estreno de 'Los archivos del Pentágono' pone de nuevo en el tapete el interés del cine estadounidense por el papel de la prensa a lo largo de su historia

Dustin Hoffman y Robert Redford, en 'Todos los hombres del presidente'

Dustin Hoffman y Robert Redford, en 'Todos los hombres del presidente' / periodico

Quim Casas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El estreno de 'Los archivos del Pentágono', la película de Spielberg que revive el pulso entre el periódico 'Washington Post' y la administración Nixon por los informes clasificados sobre la guerra de Vietnam, pone de nuevo en el tapete el interés del cine estadounidense por el papel de la prensa, su incidencia en los hechos políticos más relevantes y el derecho a la libertad de expresión. Desde los años 30, cine y periodismo van muy ligados.

{"zeta-legacy-video":{"videoId":"1293299"}}

Un relato clásico

En esta relación hay una cita inexcusable: la obra 'The front page' escrita en 1928 por los entonces reporteros de Chicago Ben Hecht y Charles MacArthur y estrenada en agosto de aquel año en un teatro de Broadway. Los grandes estudios se fijaron rápidamente en este éxito seguro, una comedia estructurada y dialogada de forma modélica sobre la relación entre el director de un diario y su mejor redactor, que está a punto de dejar el rotativo: para que no se vaya, el director le encarga el suculento reportaje en primera página del caso de un condenado a muerte que acaba de escapar de la prisión.

'Un gran reportaje' (1931), dirigida por Lewis Milestone, fue el primer acercamiento cinematográfico, bastante fiel a la obra original. Sería la segunda adaptación, 'Luna nueva' (1940), a cargo de Howard Hawks, buen amigo y colaborador de Hecht, la que incluiría más y mejores matices. Hawks tuvo la idea de convertir al redactor en redactora y abocar la historia a una trepidante 'screwball comedy' sobre la rivalidad entre sexos, con Rosalind Russell, la periodista, siendo manipulada por el maquiavélico pero encantador director, Cary Grant, quien además es su exmarido.

La tercera versión también fue un éxito. Billy Wilder retomó la rivalidad masculina con su pareja clásica, Jack Lemmon (el bonachón cronista de sucesos) y Walter Matthau (el huraño director), en 'Primera plana' (1974). Hubo una cuarta y prescindible lectura, 'Interferencias' (Ted Kotcheff, 1988), ambientada en el medio televisivo y en la que se volvió al duelo de géneros, con Kathleen Turner como la popular presentadora y Burt Reynolds como el manipulador director de la emisora; el tercero en discordia fue ni más ni menos que Christopher 'Superman' Reeve.

Bocados de realidad

Aunque bien documentado, el mundo de la prensa escrita está presentado en la pieza de Hecht y MacArthur en clave distendida. El tono más realista, en el Hollywood clásico, lo impondrían títulos mayores como 'Deadline USA' (Richard Brooks) y 'Park Row' (Sam Fuller), ambos de 1952. El primero se conoce entre nosotros como 'El cuarto poder' y gira, precisamente, en torno a esta idea de la prensa como un concepto poderoso e influyente en los entresijos de la sociedad.

Humphrey Bogart encarna a un editor que lucha contra la quiebra de su periódico -un poco como en el caso del 'Washington Post' en 'Los archivos del Pentágono'- arremetiendo contra un mafioso. Bogart volvería al redil del periodista idealista, aunque encallecido, en 'Más dura será la caída' (Mark Robson, 1956), su última interpretación.

Por su parte, Sam Fuller, vendedor de periódicos, cronista de sucesos y reportero antes de convertirse en cineasta, documenta de forma exultante en 'Park Row' el nacimiento a finales del siglo XIX del periodismo independiente en Nueva York. Fuller realizaría una nueva aproximación, esta vez agitada y desbordante, con 'Corredor sin retorno' (1963), historia de un periodista que se hace pasar por loco con el fin de escribir un reportaje sobre un manicomio con el que espera ganar el Pulitzer.  Billy Wilder también se sumó a la tendencia más acre con una visión descarnada del periodista sin escrúpulos de 'El gran carnaval' (1951): Kirk Douglas es un reportero alcoholizado que convierte en carnaza sensacionalista el caso de un minero atrapado en un túnel.

Así que no todo serían días de vino y rosas en la prensa escrita según el cine. Como Wilder, Fritz Lang retrató el lado menos romántico y amable de la profesión en 'Mientras Nueva York duerme' (1956), un relato feroz sobre la competencia que se establece entre los redactores de un periódico para ver quien es el primero en dar la noticia de la captura de un asesino en serie. El premio es goloso: la dirección del rotativo. En 'Chantaje en Broadway' (Alexander Mackendrick, 1957), Burt Lancaster es un columnista despiadado y sin escrúpulo alguno. 'Ciudadano Kane' (1941) no es estrictamente un filme sobre la prensa escrita, pero la creación de un imperio periodístico por parte de su protagonista también es mostrada por Orson Welles a partir de la ambición desmedida.

Prensa y política

Hollywood nunca ha arrinconado el tema, es más, puede hablarse de una variante genérica bien definida, casi siempre incrustada en el drama o el cine negro. En la década de los 70, el tono hiperrealista de los nuevos cineastas estadounidenses y el contexto sociopolítico dan pie a una de las obras clave, 'Todos los hombres del presidente' (1976), eficaz reconstrucción por parte de Alan J. Pakula, el maestro del cine conspiratorio, de las investigaciones de Bob Woodward (Robert Redford) y Carl Bernstein (Dustin Hoffman) que desembocaron en el caso Watergate.

El mismo Pakula uniría abogados y periodistas idealistas en su adaptación de la novela de John Grisham 'El informe Pelícano' (1993), con una estudiante de Derecho, Julia Roberts, y un reportero, Denzel Washington, en medio de un huracán político y judicial. 'Se acabó el pastel' (Mike Nichols, 1986) no es tanto una película sobre periodismo como el retrato encubierto de las relaciones de Carl Bernstein, interpretado por Jack Nicholson, con la novelista y guionista Nora Ephron, Meryl Streep. Incluso las buenas formas serían aceptadas en los diarios sensacionalistas y amarillentos según 'The Paper (Detrás de la noticia)' (Ron Howard, 1994), en la que el reportero Michael Keaton deja de lado los escándalos jugosos para informar sobre dos adolescentes acusados de asesinato.

Pero no todo el cine centrado en el periodismo evoca el olor de la tinta, el ruido de las planchas al imprimir o el ajetreo en las hace años humeantes salas de redacción de un rotativo. El medio televisivo ha estado bien representado en las últimas décadas. 'Al filo de la noticia' (James L. Brooks, 1987) muestra el tejido de relaciones personales en la estresante redacción de informativos de una cadena televisiva. 'Buenas noches, y buena suerte' (George Clooney, 2005) viaja hasta 1953 para reconstruir en también humeante blanco y negro la pugna entre el editor y presentador de CBS Edward Murrow y el senador anticomunista Joseph McCarthy, restituyendo de paso la imagen del cine liberal sobre los medios de comunicación de los años 40 y 50, precisamente los de la caza de brujas.

'El desafío: Frost contra Nixon' (Ron Howard, 2008) adapta la pieza teatral sobre la entrevista que la estrella televisiva David Frost le hizo a Nixon tres años después del caso Watergate. Y en 'La verdad' (James Vanderbilt, 2015), un experto en cine y prensa, Robert Redford, quien fue Bob Woodward en Todos los hombres el presidente, da vida a un presentador televisivo obsesionado en demostrar que George W. Bush utilizó todo tipo de subterfugios para librarse del ejército durante la guerra de Vietnam. La productora del programa que aire la noticia está interpretada por Cate Blanchett, protagonista de una de las pocas incursiones meritorias en otra cinematografía, 'Veronica Guerin' (Joel Schumacher, 2003), producción irlandesa sobre el caso real de una periodista dublinesa que investigaba el narcotráfico.

Periodistas en la pequeña pantalla

El medio televisivo es otra cosa. En la primera era dorada de la televisión proliferaron las series fantásticas, de misterio, del Oeste, policíacas o de abogados, pero no las de periodistas. Fue en los años 70, con 'Lou Grant' (1977-1982), que era en realidad un 'spin of' del 'show' de Mary Tyler Moore 'La chica de la tele' (1970-1977), otra creación de James L. Brooks, cuando los reporteros pasaron con notable éxito de la primera página a la pantalla catódica.

A rebufo del éxito de esta serie sobre un veterano periodista televisivo (Edward Asner) que debe ganarse la vida en la redacción de 'Los Angeles Tribune', aparecerían otras series como 'Murphy Brown' (1988-1998), sitcom protagonizada por una enérgica informadora televisiva incorporada por Candice Bergen. En la televisión española, 'Periodistas' (1998-2002), de Tele 5, gozaría de considerable aceptación: un relato coral que sigue el modelo del cine y la televisión estadounidense al perfilar la vida profesional y personal de los reporteros de un imaginario rotativo.

Mención aparte para Aaron Sorkin, claro. Antes de 'The Newsroom' (2012-2014), su serie más conocida sobre las interioridades de una cadena de televisión, ya ideó y produjo 'Sports Night' (1998-2002), sobre un espacio deportivo de una cadena por cable, y 'Studio 60 on the Sunset Streep' (2006-2007), olvidada propuesta en torno a un programa de 'sketches'. Nadie como Sorkin.