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Martin McDonagh ('Tres anuncios en las afueras'): "¿Cómo no vamos a estar furiosos con el mundo?"

El prestigioso dramaturgo británico estrena su trecera película, la magnífica tragicomedia negra 'Tres anuncios en las afueras', que se vislumbra como gran favorita para los Oscar

Martin McDonagh, en el estreno de 'Tres anuncios en la afueras' en el festival de cine de Londres, el pasado 15 de octubre

Martin McDonagh, en el estreno de 'Tres anuncios en la afueras' en el festival de cine de Londres, el pasado 15 de octubre / periodico

Nando Salvà

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Antes de cumplir los 30, Martin McDonagh (Camberwell, Londres, 1970) ya era aclamado como uno de los dramaturgos británicos más importantes en años; y su primera película, 'Escondidos en Brujas' (2008), es considerada una de las comedias más originales y certeras de la pasada década. Ese historial sin duda ayuda a explicar el éxito que ahora está experimentando con la tercera, 'Tres anuncios en las afueras', magnífica tragicomedia negra sobre una madre dispuesta a resolver el asesinato de su hija cueste lo que cueste. Tras triunfar en la entrega de los Globos de Oro hace unos días, aspira a repetir triunfo en la de los Oscar.

¿En algún momento se planteó rodar 'Tres anuncios en las afueras' en Europa? No, es una historia llena de un tipo de tensión racial muy americana. No digo que en Europa no haya problemas de raza, claro, pero yo vivo en Londres, y allí la policía no va armada, de manera que sus intervenciones no se resuelven con muertos, como suele suceder allí. Por último, la película se inspira en algo que vi durante uno de mis viajes por el sur de Estados Unidos, así que es lógico que transcurra allí.

¿Qué fue? Hace 20 años yo iba a bordo de un autobús cruzando aquella zona, y de repente vi un par de enormes vallas publicitarias al borde de la carretera. En ellas se leía un mensaje que increpaba a la policía por no ser capaces de resolver un crimen terrible, y que estaba lleno no solo de ira sino también de un dolor inenarrable. Nunca llegué a saber qué historia se escondía tras él, así que me acabé inventando una.

Escribió esa historia hace ocho años, y ahora 'Tres anuncios en las afueras' es considerada como una radiografía de la América de Trump, ¿qué le parece? Bueno, el racismo y el sexismo existían antes de Trump. En todo caso, como artista uno siempre es sensible a lo que está en el aire. La película está ambientada en Misuri, el mismo estado en el que hace dos años un policía blanco mató a tiros a un joven negro desarmado. Asimismo, la rodamos durante la campaña electoral estadounidense. Y su protagonista es una mujer que es constantemente amenazada por los hombres. Así que supongo que, en efecto, habla de la América de Trump.

Ninguna de sus películas previas estaba protagonizada por una mujer. ¿Es un cambio deliberado? Sí. Muchas de mis obras de teatro están protagonizadas por mujeres, pero la gente que solo me conoce por mis películas no lo sabe, así que quise demostrar que soy capaz de escribir un gran personaje femenino. Recuerdo que de niño yo veía los personajes interpretados por Bogart o por James Dean y luego, sin darme cuenta, imitaba su forma de hablar y de moverse. Pero las niñas no tienen ese tipo de modelos, ¿no? Mi intención ha sido darles uno: una mujer que se impone sobre todos los hombres idiotas e indeseables que la rodean.

"La corrección política me aburre soberanamente. Creo que no hay límites ni asuntos intocables a la hora de lanzar pullas"

El problema es que su película no es adecuada para niñas. Contiene demasiada violencia, demasiada furia. ¿Y cómo no vamos a estar furiosos con este mundo tan injusto? Un mundo en el que niños mueren antes que sus padres, en el que gente demasiado joven enferma de cáncer, en el que imperan la xenofobia y el machismo y la crueldad. Es necesario gritar de rabia contra esas cosas. La furia no es algo que haya que curar, sino un camino hacia la comprensión del mundo. O quizá mis palabras no sean más que una excusa para justificar que soy un hombre enfadado.

¿Lo es? Lo era. No como persona, sino como artista. Era un joven proletario que dejó muy joven los estudios y para quien no parecía haber sitio en el mundo del arte. Tuve que pelear. Ahora soy un señor maduro, y un privilegiado, así que no tendría sentido estar enfadado. Y, aunque Tres anuncios en las afueras empieza hablando de dolor, y de tristeza, y de ira, en el fondo habla de lo necesarias que son la esperanza, la tolerancia y la compasión.

Para hacerlo, eso sí, recurre a generosas dosis de incorrección política. ¿Diría que es un ingrediente esencial de su obra? En efecto. La corrección política me aburre soberanamente. Creo que no hay límites ni asuntos intocables a la hora de lanzar pullas. Yo no discrimino, las lanzo a unos y otros por igual. Es increíblemente divertido.