CRÍTICA DE CINE

'Final portrait. El arte de la amistad', apenas un bosquejo

La nueva película como director del actor Stanley Tucci se beneficia de una interpretación algo excesiva pero francamente divertida de Geoffrey Rush que se ajusta al estereotipo del genio loco

Nando Salvà

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En 1964, el pintor y escultor Alberto Giacometti invitó al escritor James Lord a que posara para él para un retrato, y lo que en un principio iba a ser cuestión de horas se convirtió en un tedioso proceso de tres semanas a causa de la falta de disciplina e incapacidad de concentración del artista. Mientras recrea ese episodio, la nueva película como director del actor Stanley Tucci se beneficia de una interpretación algo excesiva pero francamente divertida de Geoffrey Rush que se ajusta al estereotipo del genio loco. Lástima que, en su empeño por evitar los métodos narrativos más trillados del cine biográfico, luego no sepa encontrar fuentes alternativas de progresión e intensidad dramáticas con las que reemplazarlos.