LA NIT DE L'EDICIÓ

La venta de libros cayó un 10% también en noviembre

Jorge Herralde, premio Atlàntida, en una gala marcada, pese a todo, por la esperanza

Jorge Herralde en el Saló de Cent del Ayuntamiento, donde recogió el premio Atlàntida.

Jorge Herralde en el Saló de Cent del Ayuntamiento, donde recogió el premio Atlàntida. / periodico

Elena Hevia

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Los meses de octubre y noviembre, el plazo más caliente de la escalada procesista, pueden cuantificarse en lo que se refiere a la reducción en ventas de los libros en un 10%. ventas de los libros en un 10%. La cifra es similar a algunas caídas ocurridas en lo más crudo de la cruda crisis, pero nada nuevo bajo el sol. "Los editores estamos acostumbrados a bregar con la incertidumbre", ha terciado el presidente del Gremi d’Editors, Patrici Tixis, que prefiere mantener sus expectativas inmediatas en la moderación. Así, constata que hoy por hoy las previsiones de crecimiento del 2017 son de un 2%, sin incluir los libros de texto, aunque espera que finalmente, finalizada la campaña de Navidad, la cifra haya crecido y acabe acercándose a la del año pasado, un 4%.

También se resiste Tixis a analizar en clave política la caída de estos dos meses: “Sencillamente se ha producido. Si no hubiera habido esta crisis política se lo hubiera podido achacar a otra cosa”. Por de pronto, la marcha de la sede social el Planeta fuera de Barcelona no afecta en absoluto a estos datos ya que el grupo cotiza en Catalunya, Madrid o Andalucía, “independientemente de donde tenga la sede social”. Y algún otro dato más: pese a que en las librerías cada vez son más los libros express que analizar desde una u otra vertiente las circunstancias del ‘procés’, lo cierto es que ese interés no se ha traducido directamente en ventas. El público prefiere informarse a través de los medios de comunicación, pero no se deja seducir por reflexiones más sosegadas.

Noche de distinciones

Estos datos se han dado a conocer poco antes de la celebración de la Nit de l’Edició (en realidad tarde la edición), en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, en la que se ha distinguido al editor Jorge Herralde con el premio Atlàntida 2017 que reconoce su contribución al fomento de lectura. Además han tenido su reconocimiento las editoriales Beta y Teide, que cumplen 75 años y a Angle, Octaedro y Viena, por su 25 aniversario. Además la editora del sello A Buen Paso, Adriana Squilloni, ha recibido el Memorial Fernando Lara y el traductor Carlos Fortea, el premio Ángel Crespo, por su versión de la biografía de Kafka de Reiner Stach publicada por Acantilado.

Tixis no se ha ahorrado la crítica a la administración por su retraso en ampliar los recursos económicos contra la piratería, aunque se detecte que esta se está estancando, y ha expresado sus temores respecto de que el 'govern' que se cree a partir del próximo jueves haga suyo el compromiso del anterior gobierno a aumentar el presupuesto de Cultura, tan reducido en los últimos años, en un 15%. También ha expresado su inquietud por la ruptura del acuerdo del gobierno municipal con el PSC.

La buena noticia para el mercado es un significativo cambio de tendencia detectable en los best-sellers en ficción que este año han alcanzado ventas de 500.00 ejemplares, unos valores cercanos a etapas previas a la crisis, y la vitalidad de la literatura catalana que ha puesto en el mercado 8.000 nuevos títulos, un cifra cercana a lenguas con una mayor dimensión. Tixis, contemporizador, da una explicación que quizá no guste a todo el mundo: “El hecho de que la industria en castellano sea fuerte en Catalunya produce una favorable sinergia para el libro en catalán”.

Herralde, yonqui de la edición 

<span style="color: rgb(0, 0, 0); font-family: PTSerif-Regular; font-size: 16px;">Hay muchos editores que han dejado de leer, constató ayer Daniel Fernández encargado de hacer la ‘laudatio’ a Jorge Herralde, premio Atlàntida, pero no es el caso del editor de Anagrama, sello en el que va camino de cumplir 50 años. «Ha demostrado que editar todavía puede ser un negocio para caballeros», dijo. Y Herralde, irónico como siempre, se lo agradeció evocando a aquellos autores que le marcaron: Hamsun, Camus, Scott Fitzgerald, Borges. Del nobel francés hizo suya una frase: “Soy de izquierdas a pesar de la izquierda y a pesar de mí mismo” y de Kafka, otro de sus autores de cabecera, aquello de que “si un libro no nos golpea como un mazazo en la cabeza, ¿para qué leer?”.  De ahí que asegure que "la  lectura sirve para descifrar el mundo y a nosotros mismos". Ahora que su sello forma parte del grupo Feltrinelli tuvo también un recuerdo para la matriarca Inge Feltrinelli que definió la edición como un oficio de locos.  Herralde asumió de buen grado esa locura e incluso la adicción. "Soy un yonqui de la edición".</span>