CRÍTICA DE CINE

'Destinos': bajada de bandera

El filme de Stephan Komandarez carece de hondura, pero seduce gracias a la empatía que derrocha para con aquellos que luchan por sobrevivir

Nando Salvà

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Mientras usa sucesivos viajes en taxi para inventariar las disfunciones de la Bulgaria actual (Jafar Panahi hizo algo parecido, aplicado a Irán, en 'Taxi Teherán'), 'Destinos' echa mano de amargura, melancolía, esperanza y humor negro para abordar traumas como el suicidio, la enfermedad, la miseria económica, las disparidades sociales, la corrupción política y la emigración masiva. Dada la brevedad de los episodios, el resultado del filme de Stephan Komandarev carece de hondura y funciona más como una serie de episodios de calidad variable que como un todo cohesionado. Pese a ello, seduce gracias a la empatía que derrocha para con aquellos que luchan por sobrevivir.