ESTRENO EN TEMPORADA ALTA

Rigola viaja a la esencia de 'Tio Vania'

Ariadna Gil, Luis Bermejo, Irene Escolar y Gonzalo Cunill protagonizan la obra de Chéjov dentro de una caja en el Teatre de Salt

Ariadna Gil y Gonzalo Cunill, en una imagen promocional de 'Vània'

Ariadna Gil y Gonzalo Cunill, en una imagen promocional de 'Vània' / periodico

Marta Cervera

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Àlex Rigola explora nuevas formas teatrales con 'Vània. Anton Txèkhov (Escenas de la vida)' su aproximación a la célebre obra de Anton Chéjov (1860-1904) 'Tio Vania'. Con solo cuatro magníficos actores, Ariadna Gil, Luís Bermejo, Irene Escolar y Gonzalo Cunill, en un espacio con forma de caja donde solo caben 60 personas, Rigola intentará hacer brotar toda la verdad del texto del autor ruso en el Teatre de Salt, a partir de este jueves.

Precisamente su experiencia con emigrantes instalados en Salt, con quienes realizó una pieza de teatro-documento, influyó en el cambio de estilo del director. Para Rigola 'Vania' es un reeflejo del mundo actual, del drama de una sociedad que, como la de Chéjov, ha perdido el rumbo. "Aceptar que la vida no es lo que esperábamos supone un momento de renuncia brutalmente doloroso. Y lo que hacemos es asistir y ver cómo es este momento para diversos personajes". La austeridad absoluta prima en la puesta en escena. Toda la fuerza recae en un maravilloso texto y cuatro grandes intérpretes.

"Me interesa poder trasladar a escena las sensaciones que tengo en los ensayos que son los momentos que más disfruto porque son la verdadera esencia del teatro", ha explicado Rigola en rueda de prensa, feliz de regresar a Temporada Alta. Está obsesionado con transmitir verdad y, por ello, ha creado una serie de reglas para trabajar con los actores. La finalidad es lograr otro tipo de interpretación, una que sea lo más creíble posible. Rigola no quiere que interpreten un personaje, tampoco necesita una escenografía artificial, ni siquiera vestuario. Como ya hiciera con 'Ivanov', su primera inmersión en un 'chejov', estrenado en el Lliure la temporada pasada, los actores visten su propia ropa, un detalle que les recuerda que ante todo han de ser ellos mismos. Tampoco se llaman por el nombre de los personajes, sino por el suyo. "No quiero que los actores interpreten sino que muestren sus propias heridas".

Otras fórmulas

Rigola se ha cansado de las convenciones del teatro, de ahí su búsqueda de otras fórmulas. Y parece que a los cuatro intérpretes elegidos para esta pieza les ha interesado su propuesta. "Ha resultado un experiencia liberadora, aunque también tienes sensación de cierto vértigo al no interpretar un personaje porque en escena has de ser tú explicando lo que le ocurre", ha dicho Ariadna Gil. "La propuesta de Álex me sorprendió. A mí me gusta llegar al primer día de ensayo con el texto aprendido pero en esta ocasión la adaptación, de solo 20 páginas, nos lo dieron justo al empezar", ha recordado Gil, que triunfó con 'Jane Eyre' la temporada pasada, que espera volver a reepresentar la próxima.

"Aceptar que la vida no es lo que esperábamos supone un momento de renuncia brutalmente doloroso"

Àlex Rigola

También le sorprendió la 'poda' del texto, ya que la dramaturgia de Lola Blasco ha suprimido no solo todos los pasajes y personajes menores sino también a personajes importantes como el del profesor Serebriakov, alrededor del cual se tejen los conflictos entre los protagonistas. Gil interpreta a Helena, la hija del primer matrimonio del profesor. Escolar, a Irene, su bella y joven segunda esposa. Bermejo es Vania, el cuñado del profesor que se siente estafado por él, y Cunill defiende el personaje de Ástrov, el médico rural enamorado de Irene y deseado por Helena. "Hay una gran dosis de humanidad en este montaje. Hemos tenido que hacer un ejercicio de generosidad enorme para desnudarnos y mostrar nuestras miserias con palabras de Chéjov", ha afirmado Escolar. "Rigola ha sabido escudriñar el alma", ha añadido Bermejo.

Como 'Pasolini', que estrenó en Temporada Alta hace un año, Rigola apuesta por una estructura de madera rectangular donde los espectadores tendrán muy cerca a los actores. La cuarta pared desaparece en este espacio donde los actores ven las caras del público y hasta pueden sentir su respiración. Para Gonzalo Cunill, sólido protagonista de 'Pasolini', su trabajo en este montaje ha sido diferente. "En 'Vània' he tenido que desconstruir el personaje para ser yo y desde ahí poder explicar y transmitir lo que le ocurre a Àstrov desde lo más esencial, lejos de cualquier artificio".