ESTRENO EN MADRID

Un 'Totem' fascinante

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Marta Cervera

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Con más de 30 años a sus espaldas, el Cirque du Soleil sigue arreglándoselas para sorprender al público. Lo hizo, una vez más, el martes en el estreno en Madrid de 'Totem', un espectáculo que recalará en L'Hospitalet del Llobregat a partir del 23 de marzo. El impresionante montaje recupera algo de la esencia de 'Alegría', la primera producción de la compañía canadiense que llegó a España. Artistas de primer nivel y una puesta en escena a la última transportan al espectador a un mundo mágico donde extrañas criaturas conviven con payasos, equilibristas y trapecistas. La evolución del ser humano sirve de hilo conductor de la propuesta, dirigida por Robert Lepage, una gran figura de la escena teatral a quien el público barcelonés pudo ver en el Lliure hace dos temporadas con su magnífico espectáculo autobiográfico '887'. 

Nada más empezar 'Totem', los números aéreos y las acrobacias realizadas en una estructura de formas orgánicas dejaron boquiabierto al personal. La perfección y coordinación de los artistas, la rapidez y estilización de cada movimiento, impactaron en las retinas de los espectadores que abarrotaban la carpa. No es lo mismo ver el circo en un gran estadio que en el cálido entorno del 'Grand chapiteau', el entoldado convertido en uno de los símbolos originales de esta compañía de Montreal. 

Cirque du Soleil es circo de lujo, con vestuarios cuidados al detalle y una escenografía que incorpora las últimas novedadese tecnológicas en iluminación y proyecciones. Pero 'Totem' mantiene la escencia del circo, encarnada, por ejemplo, en la pareja de 'clowns' formada por el norteamericano Jon Monastero y el ucraniano Misha Usov y en el bello número aéreo con anillas ejecutado por Vladimir Novotny, Virginie Canovas y Maciej Labutin, uno de los momentos álgidos de un 'show' que evoluciona constatemente gracias a un equipo de 46 artistas entre actores, músicos y cantantes. Y las sopresas van 'in crescendo', aunque mejor no explicarlas. Solo decir que hasta la escenografía cobra vida en determinados momentos.

Vuelos y contorsiones

Entre los números más ovacionados en el estreno destacó también el protagonizado por el magnífico dúo de trapecistas canadienses Louis-David Simoneau y Marie-Christine Fournier; cuando uno pensaba que ya lo había visto todo, ellos complicaban todavía más el ejercicio con arriesgadas piruetas y equilibrios que quitaban el hipo. Y sin red. Otro ejercicio fabuloso es el de las dos contorsionistas mongolas, con un maquillaje fluorescente a tono con su vestuario; cuesta creer que los movimientos que realizan Oyun-Erdene Senge, que ya estuvo en 'Alegría', y Nyangerel Gankhuyag, incorporada hace solo cinco meses a esta famosa 'troupe' internacional, sean posibles.

En el Cirque du Soleil hay artistas de todas partes, también españoles. El 'torero' que abre la segunda parte del espectáculo no lo es, pero el francés Nicolas Pires se merecería salir por la puerta grande tras completar un increíble número que empieza con un diábolo que cae desde lo más alto. La representante española es Denise Garcia-Sorta, que, vestida de india americana, ejecuta uno de los números más difíciles sobre patines de cuatro ruedas junto al italiano Massimiliano Medini. Su ejercicio, muy aplaudido, impacta por la combinación de riesgo y velocidad.

En definitiva, un magnífico espectáculo donde todos los detalles están cuidados al máximo. Un solo pero: a veces pasan tantas cosas y tan rápido que uno tiene la sensación de haberse perdido algo. Imposible retenerlo todo, pero la impresión es inolvidable.