CRÍTICA DE CINE

'La cordillera': tierra de nadie

Santiago Mitre plantea demasiadas tramas paralelas que no tiene tiempo de completar

Nando Salvà

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Mientras acompaña a un presidente recién electo que en el transcurso de una cumbre internacional se enfrenta a reuniones clandestinas y sesiones de hipnosis, 'La cordillera' oscila constantemente entre la intriga política, el drama familiar y el estudio psicológico para sugerir un espacio mental en el que lo profesional y lo personal conviven de forma entrópica y se nutren mutuamente. El director Santiago Mitre plantea varias tramas paralelas que no tiene tiempo suficiente para desarrollar y, en consecuencia, la película en su conjunto se percibe incompleta. A ello contribuye que, en general, los personajes funcionen más como meros arquetipos que como seres humanos hechos de carne y de hueso.