CRÍTICA DE CINE

'La Lego Ninjago película': y a la tercera fue la vencida

Tal vez Lego debería ir pensando en combinar las piezas de otra manera, o en usar piezas nuevas, a la hora de construir la siguiente película

Nando Salvà

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Han hecho falta tres películas para que finalmente pasara: Hollywood finalmente ha producido la película de Lego innecesaria y poco inspirada que muchos daban por hecho que 'La Lego Película' (2014)'La Lego Película' sería. Es cierto que 'Ninjago' sigue siendo mucho más que la cínica estrategia de marketing que podría haber resultado de juntar las palabras 'Lego' y 'Película' -aunque igualmente sirva como escaparate de todo un catálogo de productos disponibles en jugueterías-, en buena medida gracias tanto a ese humor inteligente y sofisticado y autoconscientemente absurdo como a esa deslumbrante animación digital que imita la stop-motion. Pero si 'La Lego Película' y 'Lego Batman' (2017)'Lego Batman' eran obras genuinamente inventivas e irreverentes, 'Ninjago' se percibe como el producto inconfundible de una fórmula, o de una cadena de montaje.

De hecho la firman hasta seis guionistas, y resulta tentador suponer que dos de ellos se encargaron de la trama, que toma elementos de los Power Rangers y las Tortugas Ninja; otros dos escribieron los chistes, demasiado a menudo basados en repeticiones de running gags y en referencias pop que evocan los peores vicios de Dreamworks; y los dos restantes intentaron dar a la película algo de fondo introduciendo un conflicto paternofilial que resulta ser más serio de lo necesario. El resultado ni mucho menos es peor que el grueso de animaciones para niños que llegan a los cines, pero tal vez Lego debería ir pensando en combinar las piezas de otra manera, o en usar piezas nuevas, a la hora de construir la siguiente película.