AUTOR PERUANO EMERGENTE

¿Por qué continúa jodido el Perú?

El novelista Diego Trelles Paz publica la novela 'La procesión infinita' sobre el postfujimorismo

El escritor peruano Diego Trelles Paz, en Barcelona.

El escritor peruano Diego Trelles Paz, en Barcelona. / periodico

Elena Hevia / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Diego Trelles Paz (Lima, 1977), peruano, doctor en literatura por la Universidad de Texas, escritor, se le podría llamar Varguitas (apelativo guasón de Vargas Llosa) y quizá no le importaría tanto como le molesta a El Chato, su alter-ego y protagonista de su libro, 'La procesión infinita' (Anagrama).  El Chato es un habitual en las ficciones de Trelles Paz, uno de esos escritores a los que seduce la atractiva idea de quedarse en segundo plano por decisión propia como Manuel Puig, Jorge Ibargüengoitia o Roberto Bolaño, sin ir más lejos, para quienes la escritura "es una enfermedad, nada alegre". Así que el modelo Vargas Llosa aquí no vendría al caso.

“A mí me formó la literatura de Vargas Llosa pero es verdad que en mi novela se dice  ‘Tuércele el cuello a Zavalita [el protagonista de ‘Conversación en La Catedral’] o no escribas nada’ y eso es una declaración de intenciones”, reconoce. Por eso, en cierta forma, ha tenido que ‘matar’ a papá Mario, para encontrar su propia voz. Lo dice uno de sus personajes, Pochito Tenebroso: “Para escribir hay que matar y si no entiendes eso que es sagrado, no pierdas tu tiempo. Nunca vas a ser de verdad”.

Iluminación literaria

 "Es que la literatura te acontece", explica Trelles Paz remontándose a sus orígenes como chico de barrio que aprendió las lecciones en la calle "a puño limpio". A él el deslumbramiento de las letras le llegó de una forma casi mágica. Su padre –al igual que el de El Chato- le regaló 'Demian' de Herman Hesse en la adolescencia, ese momento perfecto para leer al alemán. "Fue el descubrimiento, la posibilidad de descubrir sin viajar", resume.

Pero luego la vida le llevó a viajar y bastante. Al igual que El Chato, abandonó su país en la veintena, vivió en Estados Unidos luego en Francia –donde reside actualmente-  e incluso ganó un premio en España, el Francisco Casavella, hace seis años con la novela 'Bioy' –que no debe confundirse con una biografía sobre el escritor argentino-. Mucha de esa biografía se filtra en la actual novela, a la que hay que añadir el sustrato de la historia reciente de su país y sus contradicciones. De cómo, pese a lo que digan no pocos analistas políticos, el fujimorismo permanece rodavía enquistado en el país tras la recuperación de la democracia. Es decir, a Vargas Llosa le interesaba saber en qué momento se jodió el Perú. Trelles Paz considera que la jodienda no tiene fin.

Fujimorismo invicto

"No quería tanto reflejar las experiencias bajo la dictadura que viví de niño, sino más bien lo que venimos arrastrando en la política peruana. Hoy tenemos un congreso de mayoría fujimorista que está gobernando a su conveniencia, chantajeando y haciendo cosas disparatadas. Está claro que nominalmente tenemos una democracia pero las formas dictatoriales siguen presentes. Por poner un ejemplo, en Perú y en pleno siglo XXI una mujer que ha sido violada no puede abortar", valora teniendo en cuenta que en las dos últimas elecciones casi gana Keiko Fujimori, la hija del dictador.  

La novela se dedica a explorar bajo las capas del pasado –un pasado habitado por la violencia- con el objetivo de dar nueva luz al presente. O quizá para darse cuenta de que la barbarie sigue ahí, siempre larvada. "Yo sentí la violencia de niño y cuando llegué a Europa creí que estaba a salvo. Pero con los atentados de París volví a sentir el olor del miedo, de las bombas, de lo inesperado, de que lo creíamos haber dejado atrás". 

TEMAS