CRÓNICA

Pretty Yende, encantadora naturalidad en Peralada

La soprano surafricana cautiva con un programa presidido por el bel canto, pero con guiños a Liszt, el repertorio francés y la zarzuela

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CÉSAR LÓPEZ ROSELL / PERALADA

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Pretty Yende (Piet Retief, Sudáfrica, 1985) puso una pica en Peralada con el triunfal recital de su debut en el festival ampurdanés. La soprano, que cantaba en la iglesia de su pueblo y descubrió el mundo de la ópera al escuchar el 'Dúo de las flores' de 'Lakmé' en un anuncio, cautivó al público de la iglesia del Carme con su asombrosa y encantadora naturalidad interpretativa. Exuberante, virtuosa, con una fiato de primera, una dicción y fraseo excelentes y un controlado dominio de la coloratura, desgranó un programa presidido por el bel canto, pero con incursiones a Liszt, el repertorio francés y la zarzuela.

Ni una nota de más, pero tampoco ninguna de menos. Siguiendo los consejos de su referente Montserrat Caballé, tras ganar su concurso de canto al que siguieron otros como el Belvedere y Operalia, interpretó el repertorio elegido utilizando exclusivamente los recursos actuales de su cristalina y flexible voz. Fiel al estilo pero con una marcada personalidad propia, Yende ha conquistado plazas como el Met, La Scala, Viena, Munich o el Liceu. En Peralada demostró por qué, además de tener un brillante presente, es una de las sopranos con mayor proyección futura.

Implicado Michele d'Elia

Acompañada al piano por un implicado Michele d'Elia, instructor musical y vocal de la Academia de la Scala, abordó canciones como 'La promessa' de Rossini, 'Vanne, o rosa fortunata' de Bellini, la dramática 'L'amor funesto' y la alegre 'Me voglio fa'na casa', ambas de Donizetti, con las que exhibió cuidadas ornamentaciones.

El giro hacia las cinco poéticas piezas impresionistas de Debussy permitió disfrutar de la variedad de su color vocal con el repertorio francés. Bellísimas 'Clair de lune' y 'Mandoline', con versos de Verlaine, y 'Apparition', también alusiva a la Luna. Con la paisajista y romántica 'O beau pays de la Touraine' de 'Les Huguenots' de Meyerbeer, concluyó una aclamada primera parte.

Delicadeza y emoción

Después Yende se explayó con los tres célebres sonetos de Petrarca inmortalizados por Liszt. Pulsión lírica, delicadeza y mucha emoción en su recreación, con especial brillo en 'I vidi in terra angelici costumi',  antes de mostrar el dominio de la dicción castellana con giros andaluces de piezas de zarzuela como 'Sierras de Granada' y  la pícara 'La tarántula e un bicho mu malo', ambas de 'La tempranica'. El remate a este repertorio llegó con una exultante 'Me llaman la primorosa' de 'El barbero de Sevilla', desplegada  con singular chispa.

El espectacular cierre, para regresar al bel canto, llegó con las impresionantes páginas de 'La Sonnambula', de Bellini, antes de interpretar dos jaleados bises: 'Ideali', de Tosti, y una colorista y desbordante de agilidades  'I want to be a prima donna', de Herbert. Éxito incuestionable de una cantante elegante, también en el vestuario, y que llegará lejos porque sabe cuidar y administrar muy bien los recursos de su voz.