Una 'Carmen' pasada por mucha agua

rmassague39517743 la escenograf a de  carmen  estrenada en el festival de breg170801133600

rmassague39517743 la escenograf a de carmen estrenada en el festival de breg170801133600 / periodico

Rosa Massagué

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El agua es el elemento determinante del Festival de Bregenz (Austria). Su monumental escenario sobre el lago de Constanza marca todas las puestas en escena. Este año estrena una nueva ‘Carmen’ y, naturalmente, hay agua por todas partes en la propuesta de Kasper Holten que se adapta y utiliza todos los elementos imprescindibles de este festival como son, además del elemento citado, la escenografía gigantesca, los fuegos artificiales o la aparición de acróbatas.

Para asistir a una representación del Festival de Bregenz hay que saber que lo que se ofrece no es ópera en estado puro. Es un gran espectáculo en el más amplio sentido del entretenimiento, del ‘entertainment’ inglés, con su propia dinámica. La orquesta y el coro no se ven porque están en el teatro cerrado que hay detrás. El sonido está amplificado de forma muy sofisticada y la ópera se representa con reducciones y sin descanso. Tratándose de ‘Carmen’, la de Bregenz está en las antípodas de la estrenada en el reciente Festival de Aix en Provence.

Holten, director de ópera de la Royal Opera House Covent Garden de Londres, centra su puesta en escena para la célebre ópera de Georges Bizet en el destino. Son las cartas las que marcan la vida de la cigarrera. Para ello, junto a la escenógrafa Es Devlin, presenta un decorado encuadrado por las manos de la protagonista que sostienen unas cartas (30 metros cuadrados cada una). Algunas de ellas han caído formando las distintas plataformas sobre las que se desarrolla la acción.

El detalle de este decorado es afinadísimo. Carmen lleva las uñas pintadas de rojo pero la laca aparece gastada en las puntas. En un brazo tiene una cicatriz y en el otro, una rosa tatuada. En una de las manos lleva un anillo. Con la otra sostiene un cigarrillo (seis metros de largo) casi consumido cuya ceniza se alumbra y humea durante toda la representación.

El director escénico hace un aprovechamiento integral del agua. Cuando las cigarreras salen de la fábrica de tabacos para descansar lo hacen con un cubo que llenan de agua para refrescarse. Carmen escapa lanzándose al lago. Para el baile en la taberna de Lillas Pastia, la parte anterior del escenario desciende ligeramente sumergiendo las piernas de los bailarines que danzan con el agua en un juego aceleradísimo. Los contrabandistas llegan en lanchas. Una lluvia artificial borra las cartas a medida que Carmen se acerca a su destino fatal. Y, como era previsible, Don José no acuchilla a la cigarrera. La ahoga.

Dado que la ópera se representa casi todos los días durante el festival, hay tres repartos distintos. Uno de ellos lo encabeza Annalisa Stroppa, la mesosoprano que tan buen recuerdo dejó en el Liceu con su Rosina (‘Il barbiere’ ) y su Ascanio (‘Benvenutto Cellini’). Carmen puede ser su gran papel como demostró en Bregenz. Si hay que poner un pero es a la dicción siempre muy difícil del francés (un problema común a todos los cantantes de este reparto). Lamentablemente, Arnold Rawls como Don José no estuvo a su altura. Les acompañaban en los papeles principales y con un buen nivel vocal Kostas Smoriginas (Escamillo), Cristina Pasaroiu (Micaela), Sónia Grané (Frasquita) Judita Nagyova (Mercedes) y Yasushi Hirano (Zúñiga).

La dirección de Paolo Carignani impuso un ritmo muy vivo a la Sinfónica de Viena y a los coros de la Filarmónica de Praga, al propio del festival y al infantil del conservatorio de Bregenz. Como dice la vieja canción, ‘that’s entertainment’.

Ópera vista el 22 de julio.