CRÓNICA DEL ROCK FEST

Aerosmith, la fiesta del adiós

La banda estadounidense recreó sus hitos, sobre todo de los años 80 y 90, y homenajeó a sus fuentes de inspiración en el concierto que culminó el Rock Fest Barcelona

fsp1402

fsp1402 / periodico

JORDI BIANCIOTTO / SANTA COLOMA DE GRAMENET

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Clímax clásico, y con vistas a la historia, en la cuarta edición del Rock Fest Barcelona (que se saldó con una asistencia total de más de 70.000 personas, según los datos de la organización): Aerosmith, recorriendo sus más cuatro décadas de historia en el que podría ser su último concierto en estas tierras. O no. Sea como sea, la cita con el 'Aero-vederci baby! tour', una gira presentada como la del comienzo del fin, se saldó con una potente sesión apuntalada en la producción que les convirtió en 'stadium band' planetaria, la del período 1987-97.

Entraron en escena con toda pompa, 'Camina Burana' invocando el triunfo de lo terrenal sobre lo místico, e imágenes de toda la historia del grupo en las pantallas, dando paso a 'Let the music do the talking', la canción originaria del Joe Perry Project que Steve Tyler se agenció para el disco de reunión de Aerosmith 'Done with mirrors' (1985). Cartas seguras para entrar en materia: 'Nine lives', 'Love in an elevator' y 'Livin’ on the edge', mostrando sus contornos más hard rock.

ROCK’N’ROLL Y 'HITS'

Tyler, bigotudo, abrigo largo, pañuelos ondeando del pie de micro y moviendo su cuerpo delgaducho como en los videoclips, o casi. Perry, proveedor de 'riffs' y soltando pequeñas ráfagas de solos, siempre más rock’n’roll que virtuoso, y manejando el 'pedal steel' en 'Rag doll', envuelta en metales suministrados por el teclista y corista de gira, Buck Johnson. Y otro éxito de la era del videoclip, 'Falling in love (is hard on the knees)'.

La noche iba de 'greatest hits', pero evitando caer en la linealidad, el grupo abrió una cuña a medio concierto con la que vino a explicarnos de dónde venían. Del blues, en primer término: un blues blanco, el de Peter Green (Fleetwood Mac), autor de 'Stop messin’ around' y 'Oh well', piezas en las que Perry tomó el protagonismo en el micro y dio aire a Brad Whitford mientras Tyler se ponía la armónica en los labios.

RECORDANDO A THE SHANGRI-LAS

Más llamativa fue la incorporación de 'Remember (walking in the sand)', fogoso melodrama pop inmortalizado en los 60 por el grupo vocal femenino The Shangri-Las, que Tyler acabó cantando con la ayuda de dos espontáneas aparecidas desde el 'backstage'. Una canción que Aerosmith grabó en 'Night in the ruts' (1979) y que en sus manos suena mucho más árida. Aunque la mayor sorpresa para los fans fue la rocanrolera 'Chip away the stone'.

Las 'power ballads' hicieron, en los 90, de Aerosmith los nuevos Scorpions, captando sectores de público por la vía sentimental, y ahí estuvieron 'I don’t want to miss a thing' (de la película 'Armageddon', que fue coprotagonizada por la hija del cantante, Liv Tyler) y 'Cryin'', cohabitando con la versión de 'Come together' y otros hitos de los años de la fiebre del oro: 'Eat the rich' y 'Dude (looks like a lady)'.

¿Y el Aerosmith de los 70? Pues no gran cosa. Primero, un engrasado 'Sweet emotion'. Ya en el bis, 'Dream on', que Tyler resolvió con razonable poder vocal, desde el piano de cola blanco. Y tras otro homenaje, este a James Brown ('Mother popcorn'), un definitivo 'Walk this way' que dejó Can Zam cubierto de confeti, convirtiendo ese capítulo de su adiós por partes en una fiesta.