CRÍTICA DE CINE

'Selfie': de La Moraleja a Podemos

Santiago Alverú muestra el día a día de un pijo de derechas en Madrid en este falso documental que lanza una grotesca crítica a la corrupción española

QUIM CASAS

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El falso documental ha servido para todo, desde falsos docudramas sobre un ataque nuclear hasta relatos de terror en un bosque, descubrimientos de cineastas pioneros en Nueva Zelanda que nunca existieron a comedias sociales. Este el es caso de 'Selfie', un falso documental que no juega al engaño ni a mantenerlo durante parte de su metraje, ya que el dispositivo se ve venir desde el inicio, la sorpresa (si lo debía ser) no es tal y el relato se estira más de la cuenta. La sensación es que se trata de una buena idea para un corto, pero no para un largometraje

Muestra el día a día, cámara a mano, selfie a selfie, de un joven de buena familia de derechas que se queda literalmente en la calle (lo expulsan de la vivienda familiar en La Moraleja) cuando su padre, un eminente político, es condenado por varios delitos económicos. De La Moraleja a la sede de Podemos pasando por unas cuantas noches pernoctando en casa de su ya ex mujer de la limpieza latinoamericana, un intento patético de reconciliarse con su novia y los padres pijos de esta y un amago de relación con una chica ciega y de izquierdas.

Los primeros minutos pueden hacer gracia, y el actor Santiago Alverú pone todo de su parte para que el personaje principal no acabe siendo devorado por ese propio dispositivo del selfie narrativo, pero la crítica a la corrupción imperante es algo zafia y el juguete se avería demasiado pronto.