EL REGRESO DE ARIANA GRANDE A BCN

"Nuestros padres querían que revendiéramos las entradas de Ariana Grande"

Miles de fans de la cantante estadounidense hicieron horas (y días) de cola en las puertas del Sant Jordi para vivir en directo el concierto de su ídolo

Medidas de seguridad en el Palau Sant Jordi antes del concierto de Ariana Grande

Medidas de seguridad en el Palau Sant Jordi antes del concierto de Ariana Grande / periodico

ESTER TORRAS / MARTA CERVERA / BARCELONA

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Horas, días incluso, antes de que se abrieran las puertas del Sant Jordi, kilométricas colas de arianators se arremolinaban bajo un sol abrasador en los alrededores del recinto para intentar entrar los primeros y tener la mejor visión posible del escenario. Después del atentado de Manchester, que llevó a la cantante a cancelar parte de su gira ‘Dangerous Woman’, este martes regresó a Barcelona, su única parada en España, arropada por sus seguidores más fieles. Miles de adolescentes esperaban la llegada de su ídolo con pancartas gigantescas, orejas de conejito –las mismas que la cantante luce en la portada del álbum- y con la camiseta rosa de <strong>‘One Love Manchester’</strong>, el concierto benéfico que organizó el pasado 4 de junio en Old Trafford.

Los primeros jóvenes de la fila, la envidia de todos aquellos que se iban incorporando a lo largo de la tarde, llevaban esperando impenitentes desde el fin de semana con colchonetas, maletas y todo tipo de previsiones. “Llevo acampando aquí desde el domingo y otros de mis compañeros llegaron ayer. Hemos organizado turnos para no perder el sitio y ser los primeros en entrar”, aseguraba una fan que estaba a punto de vivir su primer recital de Ariana Grande. Aunque “los días previos al concierto fueron bastante tranquilos”, este martes sí que se había notado “el aumento de seguridad policial”, añadió.

SEGURIDAD PALPABLE

Las fuertes medidas de seguridad se hicieron muy notables entre los asistentes. "He estado en muchas veces en el Palau Sant Jordi y nunca había visto tantos policías”, contaba una madre acompañante. Aunque el acceso a la zona tanto en coche como en transporte público fue fluido y sin complicaciones, una de las medidas principales, el cierre de la plaza a los que no tenían entrada, complicó la división de la gente en colas. “No es un problema de seguridad, al contrario, hay una falta terrible de organización”, lamentaban madre e hija que viajaron desde Sevilla para la ocasión.

SIN MIEDO

Mientras la euforia preconcierto se apoderaba de los jóvenes, sus padres no podían evitar mostrar su vena más protectora. “Estuvimos a punto de no venir después del atentado, especialmente por nuestros padres, que querían que revendiéramos las entradas”, replicaban dos barcelonesas: “No nos vamos a quedar en casa porque esto puede pasar aquí y, por desgracia, en cualquier otro lugar”.

Hasta los que asistieron sin sus familias al concierto llevaban la lección aprendida de casa. “Mi padre me dio muchas instrucciones antes de salir. Me dijo que si oía algún ruido extraño que me tirara al suelo”, contó una chica, que finalmente vería a su ídolo después de pasarse todo el lunes esperándola, sin suerte, en las puertas del Hotel Arts.

La expectación crecía a medida que se reducían las colas. ‘Moonlight’, ‘Everyday’ y ‘Into you’ eran algunos de los temas más aclamados por sus fans, que describen a la cantante como “un modelo a seguir” por "sus letras, su ‘rollo’ y su amabilidad con los seguidores". Después de una larga espera y numerosos registros, los seguidores empezaron a calentar motores con la telonera Victoria Monét en un ambiente tranquilo y con las emociones a flor de piel.