TRIBUNA

La historieta de nunca acabar

Necesitamos una hoja de ruta para que el museo del cómic y la ilustración en Badalona no sea una de aquellas historietas de 'continuará' interminable

El edificio de la CACI, en Badalona, donde debe instalarse el futuro Centro de las Artes del Cómic y la Ilustración.

El edificio de la CACI, en Badalona, donde debe instalarse el futuro Centro de las Artes del Cómic y la Ilustración. / periodico

CARLES SANTAMARIA

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El cómic es cultura con mayúsculas por calidad, tradición e innovación. La percepción de parte de la sociedad de la cultura como un gasto público en lugar de verla cómo una industria que genera trabajo y riqueza merma su expansión. El cómic es una industria cultural donde autores, editoriales, distribuidoras y librerías especializadas y generalistas son los grandes actores, con un público creciente de diferentes edades y donde la mujer juega cada vez un papel más protagonista como creadora y lectora. Además, el cómic mantiene una vinculación creciente con el sector audiovisual y del ocio interactivo. De la misma manera, nuestros ilustradores son un referente internacional por su calidad y proyección.

Catalunya es el epicentro editorial y creativo del cómic, donde se celebran dos certámenes de renombre mundial cómo son el <strong>Salón Internacional del Cómic de Barcelona </strong>y el <strong>Salón del Manga de Barcelona</strong>Ficomic, una entidad sin ánimo de lucro pero tampoco de déficit,  tiene como finalidad la promoción de la historieta. Ficomic  gestiona ambos certámenes de manera responsable, sostenible y eficaz desde el punto de vista económico, hecho que explica su constante crecimiento en actividades, expositores, visitantes y repercusión en medios de comunicación y redes sociales. De los ingresos anuales de Ficomic, las subvenciones públicas suponen un 7% del total, dado que el 93% restante proviene de su propia actividad con la comercialización de estands, venta de entradas, publicidad y patrocinios privados.

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Desde hace más de una década, Ficomic se implicó con otras entidades como la Associació Professional d'Il·lustradors de Catalunya (APIC) en impulsar el futuro <strong>Centro de las Artes del Cómic y la Ilustración (CACI)</strong>. El 'conseller' de Cultura de la Generalitat Joan Manuel Tresserras y el alcalde de Badalona Jordi Serra firmaron en el 2010 un convenio para que una fábrica centenaria de dicha ciudad fuese la sede de dicho centro. El consistorio cedió el espacio e invirtió 3,4 millones de euros de los llamados 'fondos Zapatero' para la rehabilitación estructural del edificio, cuyas obras finalizaron en el 2011. Mientras tanto, por encargo de la Generalitat un equipo formado por representantes de la APIC y Ficomic, así cómo por reconocidos teóricos y profesionales del cómic y la ilustración, elaboró un plan director que definía el CACI cómo un espacio expositivo, pedagógico, interactivo e internacional abierto al público, donde los profesionales tendrían un punto de encuentro permanente. Un espacio que contribuiría a la difusión y crecimiento del cómic y la ilustración.

Con la llegada de los recortes, el proyecto entró en vía muerta dado que la Generalitat de Catalunya no asumió su parte de compromiso para encargarse de la museografía y museología, o sea finalizar las obras y poner el museo en marcha. Los últimos seis años han sido un devenir de reuniones infructuosas, donde los profesionales del cómic y la ilustración junto con la ciudad de Badalona hemos seguido insistiendo que había llegado el momento de los hechos, no solo de las buenas palabras.

El Centro de las Artes del Cómic y la Ilustración se plantea con un modelo de funcionamiento similar al de Ficomic, autosuficiente y sostenible, eso sí, con el apoyo decidido de las administraciones públicas, incluida también la Diputación de Barcelona, dado que se trata de un equipamiento cultural de primer orden donde dicho organismo provincial debe responder a su vocación de soporte de municipios fuera de la capital catalana. Tampoco sería descartable que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte se implicase en el CACI, de la misma manera que apoya a diferentes instituciones y certámenes culturales de Catalunya. Hay que definir el tipo de entidad jurídica que gestionaría el CACI, del todo imposible sin la participación decidida de las administraciones públicas. Precisamos de una hoja de ruta con un calendario para que el CACI no se convierta en una de aquellas historietas de 'continuará' interminable.

CARLES SANTAMARIA es Premi Nacional de Cultura 2017