DOCUMENTAL

El legado de 'El día de la bestia'

Un documental codirigido por Diego López y David Pizarro rinde homenaje en Sitges al filme que catapultó a De la Iglesia y revolucionó el cine español de género hace 20 años

Diego Lopez y David Pizarro  directores de  Herederos de la bestia   con Terele Pavez

Diego Lopez y David Pizarro directores de Herederos de la bestia con Terele Pavez / periodico

ADRIANA VALERO DENGRA / BARCELONA

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25 de diciembre de 1995, Madrid. Un sacerdote bilbaíno encarnado por Álex Angulo se dispone a detener el nacimiento del Anticristo junto a su fiel ayudante, un joven adepto al death metal interpretado por el entonces recién llegado a la gran pantalla Santiago Segura. "El fin del mundo es esta misma noche", anuncia el esotérico presentador de televisión Cavan (Armando de Razza). El macabro humor de 'El día de la bestia' consagró hace 20 años a Álex de la Iglesia como el gran renovador del cine fantástico en España en un contexto en que el género se encontraba cerca de su extinción comercial y artística. Dos décadas después, Diego López y David Pizarro estrenan en Sitges 'Herederos de la bestia'documental que narra el rodaje y las influencias de "una película icónica y decisiva para una generación posterior de directores como Jaume Balagueró, Paco Plaza o Nacho Cerdà", explica el propio Pizarro.

A través del testimonio del equipo que trabajó con De la Iglesia y las opiniones de sus compañeros de profesión, el documental repasa la revolución desde los subsuelos que supuso ‘El día de la bestia’ al demostrar que el cine fantástico podía dar el salto del cortometraje a la gran industria.

EL MEJOR INTENTO DE POST-BERLANGANISMO

“El filme fue un pequeño fenómeno social que animó al público a redescubrir este tipo de cine, a los jóvenes directores de cortometrajes a creer que podían ir más allá y a los productores a potenciarlo”, describe Pizarro. El Gran Wyoming incluso se atreve a clasificar la película de "premonitoria" al situar a su protagonista frente a las torres KIO y anunciar que “el mal se escondía ahí”, años antes de que fuera la sede de Bankia.

El documental ilustra además las anécdotas que acompañaron el rodaje, como los intentos de domesticar a una cabra que acabó por correr detrás del director. A lo largo del homenaje también hay “momentos para la nostalgia”, relata su codirector, especialmente cuando los actores recuerdan a Angulo en uno de los papeles en los que se le ha visto más cómodo.

77 minutos que sintetizan el legado de esta perfecta mezcla entre el fantástico más extremo y la tradición española del esperpento, lo que algunos de los compañeros del cineasta vasco tachan del mejor intento de ‘post-berlanganismo’.