CRÓNICA DE CONCIERTO

Un excelso Mendelssohn en el Auditori

Pablo Heras-Casado y la Freiburger Barockorchester, con Isabelle Faust como solista, deslumbran con un programa del autor alemán

Pablo Heras-Casado y la Orquestra Barroca de Friburgo e Isabelle Faust

Pablo Heras-Casado y la Orquestra Barroca de Friburgo e Isabelle Faust / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL

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Extraordinario concierto como colofón a tres días de intensa actividad en el Auditori. La Freiburger Barockochester, con la dirección del carismático Pablo Heras-Casado y la participación de la versátil y extraordinaria violinista Isabelle Faust, coronaron la grabación de un disco para Harmonia Mundi que promete ser de referencia.  El 'Concierto para violín y orquesta en mi menor, opus 64' y la 'Sinfonia número 5 en re menor, ‘Reforma’', ambos de Felix Mendelssohn, cobraron nueva vida con la interpretación de la versión historicista de las dos piezas. El programa de la noche del miércoles se completó con la obertura 'Las Hébridas', nacida de la impresión que causó en el compositor alemán su visita a este archipiélago escocés.

El repertorio ofrecido forma parte del proyecto de interpretación de la integral del autor de Hamburgo, dentro de la colección 'El nuevo Romanticismo alemán', con escrupulosa fidelidad al legado del creador. El hecho de que Heras-Casado comande este reto no es casual, entre otras razones porque nuestro director más internacional es uno de los mejor dotados para abarcar con igual fortuna este registro y otros de música antigua, el clasicismo más convencional, la contemporánea o la ópera.

RIGOR SIN ADITIVOS

El músico granadino está al frente de esta formación en la gira que empezó en Friburgo y que ahora les ha llevado a Barcelona, donde el programa recreado obtuvo un éxito clamoroso. La mano del maestro, titular de la Orchestra of St, Luke’s de Nueva York y principal director del Teatro Real, está dejando huella en esta apasionante aventura musical alrededor de una figura fundamental del Romanticismo. Partiendo de un conocimiento profundo de la obra y con una máquina tan engrasada como la orquesta de Friburgo, extrajo la esencia de estas composiciones siguiendo con rigor y sin aditivos superfluos el mandato de las partituras originales.

Su dirección fue fluida y enérgica,  marcando con precisión y gestos elegantes hasta los más mínimos detalles interpretativos. Las secciones respondieron con homogeneidad ejemplar a sus indicaciones, pero en la sinfonía 'Reforma' los vientos mostraron un timbre y color especiales. No menos prodigiosa fue la intervención de Isabelle Faust, que, en su afán de aproximarse al máximo a la interpretación que en su época hiciera el mítico violinista Joseph Joachim, recuperó las partituras originales y edificó con maestría una versión absolutamente radiante.

La violinista deslumbró a la sala con una articulación y digitalización únicas, dejando de lado el vibrato. Este criterio no es el mismo que hubiera utilizado con una orquesta moderna, pero sin duda incitará a buscar la grabación que saldrá en octubre para recuperar la belleza de un sonido tan auténtico como estimulante. Los propios músicos no cesaron de aplaudirla, en un clima de felicidad por el trabajo bien hecho. Tras al menos seis apariciones en los saludos, Faust remató su inolvidable actuación con una breve pero virtuosa propina de Kurtág.