EXPOSICIÓN

El 'jardinero' Kluge, en La Virreina

El veterano artista, garante del Nuevo cine alemán, dirige la primera retrospectiva que revisa el conjunto de su obra y aporta ocho filmes inéditos

El cineasta Alexander Kluge (derecha) junto a Oskar Negt.

El cineasta Alexander Kluge (derecha) junto a Oskar Negt. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Autor de culto con 55 películas, casi 3.000 programas de televisión y una importante obra literaria a sus espaldas, a sus 84 años el cineasta alemán Alexander Kluge (Halberstadt, 1932) no pierde tiempo vanagloriándose de su pasado porque sigue hiperactivo y ejerciendo de jardinero. Sí, porque según sus palabras, vivimos en una jungla informativa, política y social, repleta de datos que nos impiden caminar y por ello debemos construir en medio de esa jungla “jardines de cooperación” que no hay que dejar de cuidar. De ahí el título de la exposición que puede visitarse en la Virreina Centre de la Imatge hasta el 5 de febrero –en paralelo a la dedicada al transgresor dibujante y dramaturgo Copi-, que el propio Kluge ha dirigido desde Alemania aportando ocho filmes inéditos y dos nuevas instalaciones (una en colaboración con el pintor y escultor Anselm Kiefer), amén de numeroso material personal  y de su productora, Kairos-Film.  

Comisariada por Neus Moyano, Guillermo Zuaznabar y Valentín Roma, director de la Virreina, esta es la primera retrospectiva de carácter museográfico que revisa el conjunto de la obra del primer cineasta alemán en ganar un León de Plata y otro de Oro en el festival de Venecia tras la segunda guerra mundial, quien ha estado en todos los procesos de disidencia política y estética de su país y ha creado una “mirada perspicaz” sobre “la gente, el pueblo, la experiencia, y que cree en la fuerza de las imágenes sencillas”. 

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Seguidor y heredero del marxismo ilustrado de la Escuela de Fráncfort, donde conoció a Jürgen Habermas y a Adorno, su mentor y maestro, fue uno de los artífices de “la reconstrucción de las instituciones culturales alemanas contaminadas por el nazismo y participó, como buen abogado que era, en crear espacios independientes para la cultura a través del cine, alejado de las arengas nazis” y, explica Moyano, haciendo siempre del trabajo colectivo su bandera, colaborando, entre otros, con Kiefer, su colega Heiner Müller o el filósofo Oskar Negt.

LA GUERRA

“La guerra, el trabajo, los sentimientos y el amor son recurrentes en su obra”, destaca Zuaznabar. La primera surge de sus recuerdos infantiles, en una de las instalaciones de La Virreina, donde ha diseñado una maqueta de la ópera de su ciudad, Halberstadt, antes de ser bombardeada por aviones aliados en 1945. En la pared contigua, varias fotos dan fe de la devastación posterior y un cuento inédito evoca el episodio. 

Su primer libro de relatos, 'Biografías' (que ahora publicará La Virreina) surgió cuando, siendo asistente del director Fritz Lang cuando este rodaba 'El tigre de Esnapur' (1958), se aburría y escribía vidas de individuos. De uno de los cuentos saldría la protagonista de su primer largometraje, 'Adiós al ayer. Anita G.' (1966).

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Siguió una escalada creativa y de actividad pública, formando parte del movimiento literario Grupo 47 con Heinrich Böll, Günter Grass, Hans Magnus Enzensberger y Paul Celan, implicándose en la elaboración del célebre Manifiesto de Oberhausen (que llevó al sistema de ayudas a la cinematografía en torno al filme de autor) y convirtiéndose en garante del Nuevo cine alemán y pionero de “una estética fílmica germánica que reivindica el cine como ámbito público de contracultura”.