Muestra inédita en el Palau Nacional

La fotógrafa que huyó de los nazis

El MNAC dedica una exposición a la alemana Marianne Breslauer, la gran olvidada de la Nueva Fotografía

'Mercado navideño', Berlín 1930.

'Mercado navideño', Berlín 1930. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"trabaj\u00f3 solo durante 11 a\u00f1os;\u00a0su origen jud\u00edo no le permit\u00eda publicar y acab\u00f3 en el exilio","text":"La autora\u00a0"}}Marianne Breslauer (Berlín, 1909-Zúrich, 2001) era guapa, rica e instruida. Pertenecía a una familia de alta burguesía ilustrada. Su padre era un reconocido arquitecto famoso por proyectar villas lujosas y su madre, una mujer culta, tan avanzada a su tiempo que participaba en campeonatos de tenis y defendía la necesidad de que sus hijas tuvieran una profesión e independencia. La escogida por Breslauer fue la fotografía, con estudios reglados incluidos. Aunque en toda bonita historia hay un pero. Y el pero de Breslauer fue que, pese a ser protestante, era de ascendencia judía. Algo que en la Alemania de la década de los 30 no era la mejor de las suertes.

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Breslauer tuvo suerte en lo personal: su familia escapó del nazismo y se exilió en Suiza sin más daños que los emocionales. Pero no la tuvo en lo profesional. Con el nacionalsocialismo en el poder le exigían un seudónimo para publicar. Se opuso. Así que dejó de publicar en Alemania para hacerlo en Suiza, pero, al final, el exilio y la nueva vida que de él se derivó la llevaron a abandonar la fotografía. No quería que los cambios y la falta de concentración afectaran a la calidad de sus imágenes. Corría 1938. Su carrera había empezado en 1927. Apenas 11 años de trabajo que el tiempo llevó al olvido. 

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"En 1933 recorri\u00f3\u00a0","text":"el norte de Espa\u00f1a para un reportaje y en Girona tom\u00f3 su retrato m\u00e1s preciado: 'Colegiala'\u00a0"}}

Y así fue hasta la década de los 80, momento en el cual su figura y su obra fueron rehabilitadas gracias al interés naciente por la fotografía de vanguardia; la de Breslauer lo era. También ayudaron las investigaciones sobre el exilio que se llevaron a cabo en Alemania y los estudios de género estadounidenses que empezaron a rescatar a mujeres olvidadas. La suma de los tres factores colocó los retratos y reportajes de la creadora en el lugar que se merecían: como un ejemplo singular de la Nueva Fotografía. Su obra entró en importantes colecciones y se empezaron celebrar exposiciones con sus piezas. La última, ahora en el MNAC. El museo reúne, hasta el 29 de enero, 127 imágenes de Breslauer en la que es la primera muestra dedicada a la autora en España.

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La exposición, comisariada por Mercedes Valdivieso, recoge una selección de todos sus trabajos pero presta especial atención a las instantáneas tomadas durante el viaje que realizó a España en la primavera de 1933, muchas de las cuales son inéditas. La historiadora y novelista suiza Annemarie Schwarzenbach acompañó a Breslauer, y ambas cumplían un encargo de la agencia berlinesa Academia. No fueron a Andalucía, donde iban todos los extranjeros, sino al norte: Catalunya, Navarra, el País Vasco y Andorra. La culpa de tan exótico recorrido fue de la literatura: "La fama de Hemingway se encontraba por entonces en su punto álgido y todos estaban entusiasmados con Pamplona. También los Pirineos se consideraban interesantes desde que Tucholsky había escrito un libro sobre ellos y de pronto la gente empezó a viajar al misterioso pueblecito de montaña, Andorra, para experimentar los efectos de la lluvia y la niebla. También nosotras queríamos ver todo aquello", dejó dicho en su libro de memorias.

SOLO 96 IMÁGENES

Del viaje se conocen solo 96 imágenes. No son muchas pero Breslauer tiraba poco; tan poco, que se calcula que no hizo más de 500 fotografías en los 11 años de actividad. Pero entre las que tomó en España se encuentra la que era su preferida: 'Colegiala', un retrato de una niña de Girona que la creadora utilizó en diversas ocasiones para felicitar la Navidad. No se sabe quién es, pero Valdivieso no descarta que en esta muestra alguien la reconozca.

La exposición, además, realiza un  recorrido cronológico por los principales trabajos de Breslauer que empieza con un autorretrato de 1933. En él la autora aparece desnuda y con las cámaras. Fue la primera mujer en autorretratarse así. "Es una imagen extraordinaria y singular, con un sensual erotismo. Denota que se siente segura como fotógrafa y como mujer", afirma la comisaria, para luego definir el trabajo de Breslauer: "Se enmarca en la corriente más poética de la Nueva Fotografía. Tienen mucho en común con Kertész. Busca los momentos inadvertidos, ver las pequeñas cosas. La poesía es lo que la define".

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El final de la muestra tiene como protagonista 'Défense d’afficher', la única fotografía preparada que la autora tomó. Y en medio hay espacio para las obras que presentó para obtener el diploma de fotógrafa, para su estancia en París y su encuentro con Man Ray (el cual le dijo que sabía tanto que no había nada que él pudiera enseñarle), para sus imágenes sobre la mujer moderna y sus reportajes para las revistas ilustradas. E incluso para un robado de Picasso en una subasta. Once años que acabaron con el nazismo: "Estaba prohibido imprimir obras de los 'no arios', como se nos comenzó a llamar", explicó. Hitler puso fin a la carrera de una gran fotógrafa que se reconvirtió en una reconocida marchante de arte.