Jo Sol: "Todos somos mercancía sexual"

El cineasta Jo Sol, en San Sebastián, donde presentó 'Vivir y otras ficciones'

El cineasta Jo Sol, en San Sebastián, donde presentó 'Vivir y otras ficciones' / periodico

Olga Pereda

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El cineasta Jo Sol (Barcelona, 1968) siempre sorprende. Lo hizo con 'Fake orgasm' y los nuevos paradigmas de género e identidad. También con 'El taxista ful' y la precariedad laboral. Ahora, el cineasta más militante de la industria catalana apuesta por dar visibilidad a un tema invisible: el derecho que tienen los discapacitados a gozar del sexo. 'Vivir y otras ficciones', proyectada en el festival de San Sebastián, es una película de ficción cargada de realidad en la que la gente sentada en una silla de ruedas no son ni héroes ni suicidas. Son personas. Como usted. Como Antonio Centeno, el protagonista, lesionado medular tras un accidente. El personaje al que da vida reclama a las autoridades públicas asistencia sexual, una ayudante que le dé lo que no puede tener por sí mismo: orgasmos. 

¿Es igual pedir orgasmos para la gente de mobilidad reducida que pedir techo, comida y trabajo? Creo que sí. No sabemos casi nada de la sexualidad de los intelectuales de izquierda. Sabemos algo de Freud, pero nada más. No me refiero a si follan con hombres o mujeres, cosa que a me importa muy poco. Lo que sabemos es si son heterosexuales o gays normativos. Pero de su sexualidad conflictiva o compleja, como lo es cualquier sexualidad en el mundo, no sabemos nada.

¿El sexo sigue siendo un tabú en el siglo XXI? No, lo que hay es formas de formentarlo económicamente. Todos somos mercancía sexual. Nos educan para poner nuestro valor sexual en el mercado, y este va decayendo a medida que cumplimos años.

Habrá quien piense que un discapacitado no necesita una asistente sexual sino que bastante tiene con un cuidadora. Y ya eso es mucho. Lo de tener un ayudante es una cosa nueva que se debe a gente como Antonio Centeno que lucha por la vida independiente. Si en el futuro hay asistentes sexuales será fruto de ese proceso. 

'Vivir y otras ficciones' no es un documental. Es ficción. Sí. Me valgo de la realidad para hacer creíbles los diálogos de gente que no se interpreta a si misma. Antonio Centeno es muy distinto a como aparece en la película. Él está acostumbrado a hacer política y nos costó mucho que sus conversaciones no fueran panfletarias.

Con el cine militante, ¿uno paga sus facturas? Las pago porque trabajo en otras cosas. Escribo guiones y realizo espectáculos visuales con artistas. Esta película, por desgracia, no será rentable. Hice 'crowdfunding' y conseguimos 355 mecenas.

También tiene a Lluís Miñarro en la producción. Muchos pensábamos que se había retirado del cine. Miñarro siempre estará en el cine.