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Un festival sin tu permiso

El Ladyfest Barcelona programa cuatro intensas jornadas de música, arte y activismo feminista desde la más absoluta autogestión

chiquita y chatarra

chiquita y chatarra / periodico

NANDO CRUZ / BARCELONA

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En 2000 se celebró en Olympia el primer Ladyfest. Era un festival organizado de forma autogestionada, comunitaria, sin ánimo de lucro y vinculado a la escena musical feminista conocida como riot grrrls. Desde entonces se han organizado decenas de 'ladyfests' en el mundo. En China y en Nueva Orleans, en Sevilla y en Chicago, en Madrid y en Amsterdam, en Tallin y en Ciudad Juárez. Cada cual con sus particularidades y carácter propio.

Aunque Barcelona ha acogido distintos festivales de raíz feminista, el último de los cuales fue el festival de hip-hop La Rima del 2015, aún no había acogido ningún Ladyfest. Hoy, en plena verbena de Sant Joan y Sant Joana arranca la primera de las cuatro jornadas del Ladyfest Barcelona, un festival "pensado y concebido desde los feminismos". Hay un centenar de artistas y colectivos en el programa y las actividades principales se celebran en la Nau Bostik de La Sagrera y La Capsa de El Prat de Llobregat.

Lesley Woods, del grupo post-punk inglés Au-Pairs, es el nombre más destacado de un sinfín de conciertos, exposiciones, 'performances', talleres y charlas a partir confeccionado a partir de sus redes de afinidades, desde la autogestión autodidacta y sin patrocinios ni subvenciones. En el apartado musical, la variedad irá del punk-rock de las asturianas Chiquita y Chatarra a los ritmos latinoamericanos del Sonido Tupinamba y desde los experimentos sonoros de Eli Gras hasta el prodigioso canto de Maria Arnal.

TRANSFEMINISTA Y PERMEABLE

"Nos interesa visibilizar todo tipo de música hecha por mujeres de diversos orígenes y clases, desde una perspectiva feminista", aclaran las organizadoras, que contestan aquí de forma colectiva y tras consensuar las respuestas. La intención del Ladyfest es crear un espacio de encuentro "transfeminista y permeable" y montar una fiesta "de resistencia feminista y autocelebratoria", "anticapitalista" y "con vocación transgeneracional".

"Somos un colectivo amplio compuesto por unas 120 personas. En las asambleas habitualmente rondamos las 25. Contamos con técnicas de sonido, excelentes cocineras, abogadas, comunicadoras, artistas", apuntan. Montar el festival ha significado convocar dos asambleas cada mes durante un año y organizar media docena de actividades. "Todas han sido cruciales para definir las políticas de autogestión feminista del festival, para decidir en qué espacios estar, cómo comunicarnos, de qué manera conseguir los objetivos propuestos y, especialmente, cómo cuidarnos", aclaran.

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Las actividades previas han servido tambiénpara recaudar fondos. Y alguna les ha decidido a huir de "espacios de ocio nocturno comerciales que no sean afines al espíritu del Ladyfest". En Sidecar y La Continental sufrieron incidentes sexistas. Otros colectivos de mujeres han denunciado también agresiones sexistas habituales al salir de fiesta. "Barcelona es una ciudad muy turística y cosmopolita, de ahí que en la teoría interese dar una imagen de tolerancia y respeto. En la práctica, no suele ser así. Desde nuestra experiencia esto se confirma a diario, a través de agresiones machistas, racistas y clasistas que muchas veces se invisibilizan", lamentan.

VOLUNTARIADO Y AUTOGESTIÓN

Por todo ello, el Ladyfest Barcelona advierte que en sus espacios "no se aceptan comportamientos sexistas, homófobos, lesbófobos, tránsfobos, racidtas ni clasistas" y que si alguien no respeta este código se le pedirá que se marche. "Ojalá más festivales se planteasen esto; contribuye a ofrecer un ambiente de respeto y tranquilidad primordial cuando se sale de fiesta. Todas nos hemos sentido agredidas de diversas formas, en distintos grados, dentro de contextos festivos y en la mayoría de ocasiones no hemos podido contar con el soporte del colectivo organizador o la discoteca", señalan.

Desde el precariado, el voluntariado, la autogestión y el ensayo y error, con "tiempo, paciencia y tolerancia al caos", con "predisposición a debatir, consensuar y discutir" y sin temor "a los conflictos con las colegas ni a equivocarse" y después de meses de reuniones, debates, conciertos y fiestas para recaudar fondos, hoy echa andar por fin el primer Ladyfest Barcelona. Lo hará a las seis de la tarde con una ruta guiada por Barcelona bajo el título 'Las pioneras. La primera ola feminista en la ciudad'. Es imposible conseguir una plaza para la visita. Se agotaron hace ya días.

El precio de entrada a todas las actividades es libre, que no gratuito. Es decir, se invita a que cada cual aporte lo que pueda. Más allá del dinero que obtenga, el Ladyfest ya tiene beneficios. Por ejemplo, "el impulso para que se organicen más propuestas autogestionadas y feministas y el acercamiento de discursos invisibilizados a gente que no los conoce". También pueden responder, en afirmativo, a la pregunta ¿cualquiera puede montar un festival? "¡Nosotras lo estamos consiguiendo! ¡Sin tu permiso! ¡Sin el permiso de nadie!".

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