La Fundació Suñol reflexiona sobre la movilidad en Palestina

Giuliana Racco y Matteo Guidi, en Pla de Palau, junto a seis de las 12 partes en que se ha separado la piedra.

Giuliana Racco y Matteo Guidi, en Pla de Palau, junto a seis de las 12 partes en que se ha separado la piedra. / ROBERT RAMOS

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Un objeto, una piedra de 22 toneladas, y un sujeto, un artista de poco más de 60 kilógramos. Un origen, Cisjordania, y un destino, Barcelona. Estas eran, y son, puesto que se trata de un ‘work in progress’, las premisas con las que se mueve ‘The artist and the stone’, el proyecto artístico con el que Matteo Guidi y Giulana Racco reflexionan sobre los problemas de la movilidad en contextos de conflicto y colonización. La piedra salió de Palestina el 26 de agosto y llegó a Barcelona el 7 de septiembre. Sin problemas. El sujeto, el artista Ibrahim Jawabreh, sigue atrapado en Palestina tras dos peticiones de visado fallidas y dos billetes de avión perdidos. Con problemas. Y he aquí una de las paradojas de la movilidad: 22 toneladas circulan mejor que 60 kilogramos. “Es más fácil mover un objeto que un sujeto”, sentencia Guidi. De todo ello, de la movilidad, del proceso de trabajo y de las múltiples reflexiones que de este se derivan, habla la exposición The artista and the stone’, en la Fundació Suñol hasta el 23 de enero.  

EN EL PLA DE PALAU

Llegada la piedra, la idea primigenia era instalarla en Ciutat Vella, en la plaza de la Gardunya o en la de Salvador Seguí. Pero 22 toneladas son demasiadas para una vía pública con instalaciones subterráneas. Así que se optó por partir la pieza en 12 trozos y ubicar seis en el Pla de Palau y la otra mitad en la fundación junto con la documentación del proyecto. Cuatro de los bloques dificultan la entrada a la muestra simulando los ‘checkpoints’ del territorio palestino. Los otros dos actúan de bancos para poder ver el vídeo “del viaje realizado por la piedra”, que como metáfora “se proyecta directamente en la pared, un espacio libre”; y la cinta en ‘loop’ de Jawabreh que, también como metáfora, “se visiona en un monitor, encerrado en una pantalla”, apunta Guidi.

PISCINA Y ACUEDUCTOS ROMANOS

El resto de objetos expuestos explican la génesis del proyecto. Una iniciativa que empezó con un paseo siguiendo los restos de un acueducto romano con inicio en una piscina, también romana, abandonada en el área de Hebrón y final en Jerusalén. La caminata -"un acto difícil en una zona controlada por diferentes autoridades" y "un acto a absurdo cuando el alto de un soldado fusil en mano acababa convirtiéndose en ayuda para encontrar el rastro de la construcción", apunta Guidi- se vio interrumpida por una cantera. De la aparición de la piedra y de la petición de ayuda de Jawabreh para poder viajar a Barcelona nació ‘The artista and the stone’. Una iniciativa que ha llevado un trozo de Palestina a Barcelona sin ningún problema. Y una iniciativa que ha dejado a Jawabreh en un limbo burocrático. Cosas de la movilidad en un mundo globalizado: flujo ininterrumpido para los bienes de consumo y férreo control para las personas.