UN GRANDE DE LA GENERACIÓN DE LOS 50

Palabra de Gil de Biedma

Una pequeña muestra en Arts Santa Mònica celebra los 25 años de la muerte del poeta

Un aspecto de la muestra en Santa Mònica.

Un aspecto de la muestra en Santa Mònica.

ELENA HEVIA / BARCELONA

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La exposición no llega puntual. Los 25 años de la muerte de Jaime Gil de Biedma, el poeta más recordado, citado y leido, el más «popular» junto a Lorca o Miguel Hernández en lengua castellana, como se encargó de precisar su sobrina y comisaria Inés García-Albi, se cumplieron en enero. Siete meses más tarde, Arts Santa Mònica acoge ahora una muestra, En palabras de Jaime Gil de Biedma, en realidad una pequeña y minimalista instalación, que toma la palabra de Jaime Gil como sostén. Una sala vacía de blancas paredes en la que chocan sonoramente los poemas, los recuerdos y la prosa del poeta, a través de grabaciones de su voz y de la del actor de doblaje Camilo García (la voz de Harrison Ford) es lo que se va a encontrar el visitante. No se trata de una exposición de corte más tradicional, como la comisariada por Àlex Susanna en La Pedrera a los 15 años de su muerte, que reunía fotografías, objetos y libros y permitía imaginar al poeta de cuerpo entero.

«Queremos recuperar su esencia, recoger su afición por leer en voz alta, por ejemplo, El Mío Cid», aseguró García-Albi. Las palabras también se citan con la canción francesa o el jazz que tanto le gustaban, las canciones de su tata en la niñez o esa Bien pagá que entonó en casa de su buen amigo Juan Marsé cuando su fin estaba ya próximo.

La historia

El diseño expositivo, obra de Pep Boltà, incorpora al blanco de la sala unas ventanas rojas «símbolo del útero materno, pero también de la noche y los burdeles». Allí, a través de auriculares, se pueden escuchar distintos textos sobre su desengañado trasfondo histórico como su Noche triste de 1959 -«Definitivamente / parece confirmarse que este invierno / que viene, será duro»-, su biografía sonora o las influencias de autores como Baudelaire, T.S. Eliot y Auden y, especialmente, Jorge Guillén, «con él aprendí el arte de hacer poemas», escribió.

En un espacio adyacente, también rojo, se exhibe el documental Apuntes para una autobiografía, dirigido por García-Albi, que mezcla imágenes domésticas con fragmentos del No-Do y de su Diario del artista seriamente enfermo, así como el texto de una rara carta dirigida a Dionisio Cañas en la que de una manera tangencial Gil de Biedma reconoce en privado su homosexualidad: «Mis poemas no son deliberadamente homosexuales».

Afortunamente, el año Gil de Biedma tendrá continuidad el 9 de noviembre cuando se celebre en el Arts Santa Mònica un simposio dedicado al poeta que quería ser poema y en el que participarán amigos y estudiosos como Carme Riera, Pere Gimferrer, Àlex Susanna y Francesc Parcerisas. Sin olvidar al editor Andreu Jaume, responsable de la edición del esperado diario inédito del autor que finalmente verá la luz a finales de otoño. «No busquen en el libro anécdotas ocurrentes. Sus diarios hablan de lo que el gran Marsé llama el oficio», avanzó Silvia Querini, la editora de Lumen.