Estrella Morente, en calma y con alma

El pasado viernes, mientras los carnavales empezaban a tomar las calles, en el Palau de la Música Estrella Morente y Niño Josele abrían la noche con una recreación de la mítica Mañana de Carnaval. Ella andando hacia él, vestida de vaporoso e inmaculado blanco, como una novia camino del altar. Voz y guitarra, solos durante todo el recital. Y bendiciendo tan grato idilio artístico, la persona que lo ha hecho posible en primera fila del palco que roza el escenario: Fernando Trueba.

En ese mismo palco estaban también Javier Mariscal, Nat Chediak y buena parte de la familia de Estrella: su marido Javier Conde, su madre Aurora Carbonell y su hermano pequeño José Enrique Morente, quien precisamente la tarde anterior había ofrecido una sensacional actuación en la Sociedad Flamenca El Dorado.

Noche inaugural del Guitar BCN Festival, con todas las entradas vendidas y Estrella Morente ofreciendo una faceta diferente a la que nos tiene acostumbrados. Sin palos flamencos ni coplas. Solo antológicas canciones brasileñas, aunque no por ello exentas de jondura. Ya en la inicial Mañana de Carnaval, Niño Josele añadió a la versión del disco un detalle tan anecdótico como significativo: concluyéndola con el toque característico de la granaína.

Vísperas también del Día de los Enamorados para viejas canciones que destilan romanticismo de postal coloreada, ensoñaciones recreadas en un insólito lenguaje. Sin concesiones. Todo el repertorio brasileño del disco Amar en paz casi en idéntico orden y dos añadidos: Niño Josele tocó el tema Luiza que grabó junto a Chano Domínguez (que también estaba entre el público) y al final, la estremecedora Minha, pieza de la que nació tan feliz aventura.

En el segundo tramo Estrella, vestida de rojo encendido, cantó de pie (como suele hacer también en los conciertos por derecho) y bailó sin romper el clima de paz. Pocas veces las palabras calma y alma han rimado tan bien.