DRAMA

¡Menudo gatillazo! Cincuenta sombras de Grey

¡Menudo gatillazo! Cincuenta sombras  de Grey_MEDIA_2

¡Menudo gatillazo! Cincuenta sombras de Grey_MEDIA_2

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sam Taylor-Johnson

Quizá lo más sorprendente de esta película es que en ella no pasa casi nada. Christian trata de convencer a Anastasia de que le permita atarla y darle azotes y tal. Y ya. Aparte de eso no hay más incidentes o subtramas; aparecen otros personajes pero solo sirven para aumentar el metraje en al menos 30 minutos más de lo aceptable. Cincuenta sombras de Grey es una película increíblemente aburrida.

En todo caso, la falta de recorrido narrativo o profundidad psicológica no sería tan grave si el sexo de la película fuera sexi, pero no lo es. Pese a abordar un asunto tabú, Cincuenta sombras de Grey es terriblemente blanda. Puntualmente Grey utiliza un látigo, pero la mayor par del tiempo prefiere cubitos de hielo y plumas de faisán, y la directora Sam Taylor-Johnson rueda esas escenas usando el lenguaje visual típico de Hollywood por lo que respecta al sexo: luces tenues, discretos primeros planos, composiciones que ocultan todo lo bueno. Cualquiera que se pasee un rato por internet encontrará imágenes más marranas.

Quizá sea porque la fantasía que aquí se relata tiene más que ver con el dinero de Grey, y con los lujos que permite, que con lo que tiene entre las piernas. Eso, en una historia como esta, es un problema, pero no tan grave como la decisión tanto del libro como de la película de sugerir que los gustos del muchacho son consecuencia del abuso infantil. Las víctimas reales de abusos y aquellos que no creen en el modelo de sexualidad tradicional se enfadarán con motivo. NANDO SALVÀ