El adiós de una 'bestia' escénica

El teatro catalán llora a su gran dama

La actriz Anna Lizaran fallece a los 68 años víctima de un cáncer

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lizaran / periodico

IMMA FERNÁNDEZ

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Gran dama del teatrocatalán,Anna Lizaranfalleció en la medianoche del viernes, a los 68 años, en el Hospital Clínic de Barcelona víctima de un cáncer que le fue diagnosticado hace pocas semanas. Se fue antes de hora y de repente, como su admirada Marilyn Monroe, que la acompañaba con su rostro angelical en su camerino delTNC. Allí, sobre elescenariode la Sala Gran, se la vio brillar por última vez, batiendo récords consu excelsa Violet en 'Agost', la obra más vista en la historia del TNC. «¡Son cuatro horas diarias, escaleras arriba y abajo, es agotador. Ya no estoy para tanta marcha!», exclamaba la intérprete en una de sus últimas funciones. Maratón aparte, lo que peor llevaba, fumadora ella, eran los «infectos» cigarrillos de hierbas de pastor (los de verdad están prohibidos en escena) que consumía la airada Violet en cada función.

Pese al extenuante 'Agost', la colosalactrizya andaba estudiando el guion de un nuevo reto que la definía. Ella, una bestia de la escena, era la más indicada para encarnar a 'La bête', y no dudóSergi Belbel, el director de la obra y del TNC, en cambiarle el sexo al protagonista (como ya hicieron otros) y ofrecérselo. Los problemas de salud, al final, le impidieron volver al TNC y ayer los telones se tiñeron de negro al conocerse su muerte, por la misma enfermedad que se llevó a su hermana y también actriz,Lola Lizaran, en el 2003. Hoy tendrá lugar el velatorio, a partir de las 14.00, en el Tanatorio de les Corts, donde mañana, a mediodía, se celebrará la ceremonia de despedida.

Los testimonios de duelo y consternación se sucedieron ayer en el mundo cultural y fueron muchos los que quisieron loar su figura humana y profesional. «Para nosotros siempre has sido y serás Annita; para los otros, La Lizaran, con todas las mayúsculas. Tierna e inmensa, apasionada y sutil, refinada y popular, mujer y actriz... te recordamos en todas tusinterpretaciones, dramática o payasa..., y siempre con aquella generosidad desbordante, en el escenario y en la vida...», glosaba ayer en un comunicado elTeatre Lliure, del que fue una de lasfundadoras.

REACCIONES INSTITUCIONALES / El 'president' de la Generalitat, Artur Mas, calificó a Lizaran como una «de las másgrandes actricesde nuestro país» y el 'conseller' de Cultura, Ferran Mascarell, la definió como «un mito del teatro catalán» y desveló que sus interpretaciones fueron para él «un estímulo para amar y aficionarse a la escena». Por su parte, Jordi Font, director del Institut del Teatre, enfatizó que su «talento persistirá para siempre en el corazón y la memoria de todos los que la han disfrutado».

Nacida en Esparreguera, tierra de artistas y de esa 'passió',cantera de tantos 'cracks' de la interpretación, Lizaran sintió ya de pequeña la llamada del teatro. Hija de una modista y un mecánico, se formó en el Centre d'Estudis Experimentals de Barcelona y en la escuela del prestigioso Jacques Lecoq en París. Participó en la fundación de Els Comediants, en 1972, y poco más tarde se unió a la 'troupe' de Fabià Puigserver y Lluís Pasqual en la creación del emblemático Lliure. «Empecé limpiando los váteres al tiempo que ensayaba», recordaba la artista, que en los últimos años se erigió en la gran heroína del TNC de Sergi Belbel.

Una heroína de carácter que se tomaba su profesión como un juego. «El teatro es una gran mentira sincera y los actores jugamos a lo que no somos. Yo puedo estar por la mañana comprando ajos y patatas y por la noche ser el rey Lear o una puta alcohólica», espetaba la actriz. Encarnó, a lo largo de sus cuatro décadas entre bastidores, más de 70 personajes, cada uno con su perfume. «Durante años tuve un aroma para cada obra, ahora ya repito alguno. Yo siento mucho los olores, los buenos y los malos», contaba la actriz de 'Agost',que eligió para su inmensa Violet un perfume de violetas de Yves Saint Laurent.

Actriz incombustible y volcánica, lejos de apagarse con el paso de los años, Lizaran se encaramó a la cima en la última década, prendiendo con su fuego y pasión cualquier escenario. «Me han dado muchos caramelos increíbles a medida que me he hecho mayor», agradecía la actriz, que también se asomó al cine y a la televisión. Su talento fue reconocido con múltiples galardones, enter ellos el Premio Nacional de Teatro de Cultura y el Premi Nacional de Teatre de la Generalitat. Pero para ella el «mejor premio es el público». Un público que llora hoy la pérdida de una de las grandes. De un mito, como su querida Marilyn.