El abuelo en el iPad

Les recomiendo si tienen iPad que hagan la prueba: busquen la aplicación Nice Tales, descárguenla (es gratuita), bájense uno de sus cuentos infantiles (están a 2'39 €, aunque hay uno estupendo, elRobinsondeEva Pinely Roberto Nieto,que no es de pago) y graben con la voz de algún ser querido, por ejemplo el abuelo, la narración pertinente. El proceso es sencillo y está guiado paso a paso. Luego, enséñenle el resultado a sus hijos, sobrinos o hermanos pequeños. Si les ocurre lo que he visto estos días, el efecto será asombroso: cuando el niño o la niña, más familiarizado con el aparato que el propio abuelo, escuche al yayo contándole un cuento desde la pantalla, su cara será un poema. Si lo han hecho con gracia, además, querrá escuchar la historia hasta el final, y luego leérsela, pasando páginas a golpe de dedo y disfrutando a conciencia de las ilustraciones. Se habrá producido entonces el milagro: las nuevas tecnologías, aliadas con la tradición, habrán ayudado a habituar a los más pequeños al arte de la ficción.

La propuesta de Nice Tales, sencilla pero efectiva, no se acaba aquí. Concebida por un grupo barcelonés de especialistas en edición y educación infantil, tiene como segundo gran atractivo la intención de convertirse en una plataforma interactiva de creadores, ya que autores e ilustradores, al registrarse, pueden unir sus esfuerzos para crear otros cuentos y ponerlos a la venta. Hay más detalles, como el 5% dedicado a la asociación REIR (Recursos Educativos para la Infancia en Riesgo), su vocación políglota (a partir de catalán y castellano) o su combinación de calidad artística y valores pedagógicos. Pueden explorarlos en www.nicetales.com, y podrán sumarse con otras tabletas cuando la aplicación, en breve, llegue al Android. Pero lo hagan o no, se animen o se espanten tras leer esta columna, piensen si gente comoEva Pinel,impulsora del proyecto, no sería en el fondo el modelo a seguir. Si el futuro del libro no depende de unir lo mejor que viene con lo mejor que había. Si no ha de ser ese su final feliz.