MUJER DE NEGOCIOS

Hortensia Herrrero, la señora Mercadona

La esposa de Juan Roig, 'número dos' de la cadena de supermercados y mecenas vocacional, es la sexta fortuna de España según 'Forbes'

Hortensia Herrero, la señora Mercadona

Hortensia Herrero, la señora Mercadona

POR LAURA l. DAVID

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En el año 2015, Hortensia Herrero (Valencia, 1950) entró por primera vez en la 'lista Forbes' que pasa revista a los más ricos del mundo.Con un patrimonio de 2.800 millones de dólares (2.495 millones de euros), la vicepresidenta de Mercadona y propietaria del 28% de la compañía que preside su marido Juan Roig, ocupó el año pasado el puesto 663 entre los multimillonarios mundiales. Este año, con 2.454 millones de euros ha escalado hasta la posición 638 del ránking, afianzando su poderío entre el selecto grupo de personas que, como requisito mínimo para entrar en este club, tiene al menos 1.000 millones de dólares (891 millones de euros). Ahora es la sexta española más rica y su marido, el tercero. Entre los dos suman una fortuna que roza los 7.400 millones de euros. Tras 48 años de vida en común y haber levantado juntos un imperio de la alimentación, es difícil explicar la trayectoria de la una sin el otro y viceversa.

UNIVERSIDAD Y NEGOCIOS

Hortensia Herrreo y Juan Roig se conocieron estudiando en 1968 en la facultad de Económicas de la Universidad de Valencia. Él, hijo de empresario cárnico. Ella, hija de militar. Su boda se celebró en una céntrica iglesia castrense de la ciudad. Tienen cuatro hijas, dos de ellas mellizas. Desde principios de los noventa, el matrimonio posee además la mayoría accionarial de Mercadona, empresa que compraron en 1981 con otros tres de los hermanos Roig.

«Tuve la suerte de conocer a Hortensia. Era mucho más estudiosa que yo y eso me motivó a estudiar más si quería salir con ella. Pasé de ser un estudiante regular-flojo a un estudiante regular-bien», dijo en una ocasión Juan Roig sobre su esposa, quien siempre está presente en todos sus discursos y agradecimientos. El empresario la considera un «pilar» fundamental y una especie de oráculo de quien recibe «múltiples consejos y opiniones» para mejorar el «día a día» de la cadena.

Pero Herrero ocupa, al menos de cara a la galería, un papel discreto en la compañía. Desde el 2011, dedica su proyección pública al mecenazgo cultural a través de la fundación que lleva su nombre. Aquí los roles cambian: ella la preside y Juan Roig es su vicepresidente. Sus hijas, Amparo, Hortensia, Juana y Carolina, completan el patronato de una fundación que, como su empresa, es ante todo familiar.

FALLERA Y COLECCIONISTA

Amante de la moda y de las joyas, rehúye los saraos de 'societé', pero adora las Fallas. Por eso sus hijas han sido falleras mayores de la comisión de la Sección Especial del Convento-Jerusalén -otro exclusivo club al que no todos los bolsillos pueden acceder-. Del arte, prefiere la arquitectura, la escultura y la música clásica.

Como mecenas, Herrero se ha implicado sobre todo en la restauración de patrimonio religioso. Ella misma selecciona los proyectos que luego subvencionará. Ha rehabilitado varias iglesias, entre ellas los murales y la cubierta de la iglesia de San Nicolás, que algunos han bautizado como «la capilla Sixtina» valenciana, y tiene en marcha la restauración del Colegio de Arte Mayor de la Seda, durante años abandonado por la Administración, que este año se convertirá en museo.

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Pero su labor filantrópica más mediática, la que le consagró como una valenciana de pro, fue la restauración dela imagen de la Virgen de los Desamparados, 'La Geperudeta', patrona de la ciudad, que se expone en su catedral. Cuentan que, sin cámaras ni previo aviso, le gusta aparecer durante los trabajos, ponerse el casco y la bata de obra y subirse al andamio para «supervisar» la restauración. Hija predilecta de Valencia desde hace dos años, su fundación también promociona y apoya becas de danza y piano para estudiantes y exposiciones de jóvenes artistas.

Con un importante patrimonio inmobiliario, Herrero acaba de comprar a la viuda del general golpista Alfonso Armada un ruinoso palacio del siglo XVII, situado en la antigua judería de la ciudad.